lunes, 31 de mayo de 2010

Oferta de trabajo

Se busca Técnico en Audioprótesis, de manera urgente, para puesto de profesor de Grado Superior, semipresencial en Granada, elaboración personal de asignatura.

Interesados, poneos en contacto conmigo y os remito a la persona responsable. Es urgente, así que por favor, corred la voz.

¡Gracias!

jueves, 27 de mayo de 2010

Cerrando filas

Es curioso esto... Siempre me están comiendo la cabeza con que "tenemos que hacer un esfuerzo", con que "sabemos que es difícil, pero es por un bien común" y demás propaganda, y yo, por más voluntad que le echo, no sé por qué la que siempre acaba pasando noches en blanco, trabajando a deshoras, recibiendo llamadas en dos teléfonos y sintiéndose mal si un día está exhausta y no puede ni quiere encender el ordenador soy yo. También es curioso que aquello de "juntos encontraremos soluciones" en realidad quiera decir "ahí la llevas, que al final el trabajo lo haces tú", y que, fíjate tú qué cosa tan tonta, pedir la no aceptación de trabajos que impliquen pasar noches sin dormir o o trabajar sin descanso todo un fin de semana (después, por supuesto, de trabajar toda la semana, y el fin de semana anterior, y la semana anterior, etc.), sean considerados muestras de rebeldía que hay que apaciguar con más trabajo, y que para eso sí se hable conmigo en vez de para intentar arreglar la situación.

Me considero una persona bastante buena, y a veces, de buena, tonta. Si una persona amiga me pide un favor, o dos, o los que sean, suelo responder con bastante predisposición a ayudar, y de hecho es algo que me gusta hacer. Pero claro, a cambio espero que no se abuse de mí. Qué cosa tan tonta, ¿eh? Ni favores a cambio, ni adulaciones, ni falsas promesas ni nada: sólo eso, que no se abuse de mí ni de mi confianza.

Bueno, pues como diría Peter Griffin, "¡Zas! En toda la boca".

Además, hay una cosa muy curiosa acerca de mí, y es que cuando tomo una decisión no suelo "enviar avisos", y mucho menos si es un caso como el que nos ocupa, en el que hace mucho tiempo que se está abusando de mi confianza y utilizando técnicas que considero sucias para mantenerme en la brecha. Con esto, lo que quiero decir, es que ya me he cansado. Se acabó. Lo dejo. No me fui de Guatemala para meterme en Guatepeor, como se dice por estas tierras españolas. Supongo que va a ser todavía más difícil, que habrá enfados, ruegos, insultos, frustraciones... Pero la verdad es que me da igual. He intentado ayudar de todas las formas que he podido y no he visto ni un ápice de ganas de mejorar mi situación. Ni uno. Sólo se cuenta conmigo para exigir, nunca para nada más. Y me da igual, yo paso del rollo que había en la otra empresa de "yo te chupo el culo a ti y tú a mí"; por mí como si se dejan todos las lenguas pegadas en el culo de los otros.

En fin. Espero que esto se considere como un aviso de lo que va a pasar en escasos días.

martes, 25 de mayo de 2010

Fin

Sólo necesitaba un detonante, y esto ha sido con creces la gota que ha colmado el vaso.

Se acabó.

viernes, 21 de mayo de 2010

jueves, 20 de mayo de 2010

Manifiesto laboral

Poco a poco intento hacerles ver a los clientes que ser traductor autónomo no es sinónimo de estar disponible las 24 horas del día de los 7 días de la semana, y de momento parece que lo van entendiendo (al menos la mayoría). De todas formas, me sigue pareciendo ridículo tener que explicar que:

- No se pueden trabajar los 7 días de la semana.
- No se pueden aceptar trabajos que impliquen pasarse la noche en vela.
- No se pueden aceptar trabajos que impliquen trabajar todo un fin de semana sin cobrar un extra por ello.
- No se puede estar online las 24 horas del día.
- No se puede estar continuamente llamando por teléfono si tardas 10 minutos en responder un correo (¿habéis oído hablar de las duchas? Pues ellos no).
- La gente tiene vida y asuntos propios que solucionar.
- La salud es lo primero.

Estoy de acuerdo en que una de las ventajas de ser autónomo es que tú eliges cuándo trabajas, y que normalmente se pueden aceptar cosas extra (por eso se llaman "extra") que impliquen un esfuerzo adicional. Lo que no puede ser es que eso se convierta en costumbre y que encima no se pague como lo que es: un sobreesfuerzo. Además, a este punto hemos llegado porque hemos querido, porque carecemos de sindicato, representación, regulación, etc.

Pero señores, que mi salud vale más que un trabajo, y si por pensar así pierdo clientes, que así sea. Ya llegarán otros mejores.

martes, 18 de mayo de 2010

El eterno día de la marmota

Todos los días, a la hora de comer, tengo la sensación de vivir el mismo día una y otra vez... Todos los días llega, entra, dice hola y a continuación dice: "vengo que no me ha dado tiempo en todo el día de ir al servis". Todos los días. Después hablamos de la comida. Aquí tenemos dos variantes: o bien dice que "hoy sólo voy a comer fruta,porque no tengo hambre", o elige la forma más sosa de cocinar lo que sea que hayamos decidido hacer. Verás, que me da igual y me lo como de todas formas, pero de alguna manera estoy algo cansada de comer siempre lo mismo e igual de soso. Con razón no me gusta nada...

Llegados a este punto, mis ganas de sonreír y mostrarme simpática han disminuido considerablemente.

A continuación viene la elección de lo que se va a ver en la tele, y aquí sí que tengo que ser rápida y poner las noticias de cualquier canal, porque si se me olvida quitar los Simpsons (que es lo que veo mientras espero), automáticamente el mando a distancia es utilizado para ver programas del corazón y/o de gente gritando. Y eso sí que me pone mala.

La conversación: hmmm. La conversación, como tal, no existe. Más bien viene a ser un monólogo sobre las aventuras y desventuras de sus alumnos de sexto de EGB: que si mira lo que ha hecho hoy fulanito, que si mira menganita lo maleducada que es, que si zutanito ay qué mono que ha hecho un control estupendo y que si mira mi niña que ha quedado segunda en el campeonato de vete tú a saber qué... Durante esta fase me limito a sonreír.

Pero el clímax llega si el día anterior ha habido movida parejil. Eso sí que es la leche. En este caso toca aguantar 45 minutos de quejas y reproches sobre cosas que ni me importan ni creo que deban hacerlo. Los problemas familiares en mi casa se los soluciona cada uno como puede, porque de la misma forma que a mí me atacan por llevar tal camiseta o por dejarme un paraguas en la puerta de la casa para que se seque y a nadie le importa si el tema merece o no las palabras y los gritos que me caen, como comprenderéis, que tú tengas una bronca porque te pases todas las noches haciendo y corrigiendo exámenes de y para tus niños o que llames 3 veces al día a tu familia a mí me la trae al fresco. Tal cual.

Así que nada. Mañana será otro día, sí, pero igual que todos los demás. Y yo cada vez tengo menos ganas de hablar, mirar, sonreír o estar siquiera aquí. Que ya somos grandes de más, y cuando alguien tiene problemas, o los soluciona o cambia de aires. Pero por favor, dejad de usarme como si fuera un comodín, porque ni me voy a poner de parte de nadie ni estoy dispuesta a aguantar los reproches de todo el mundo.

He dicho.

Spotify Open y Spotify Unlimited

¿Eres de los que llevan meses buscando una invitación para Spotify pero no hay forma de encontrarla? ¿Tus amigos se pasan el día pasándose listas, enlaces y cancioncillas y de paso poniéndote los dientes largos? ¿No te apetece pagar la cuota mensual? ¿O simplemente tienes curiosidad por saber cómo funciona el dichoso programita?

Pues ea, ya hay solución para tus desdichas. Spotify lanza Spotify Open, una nueva versión gratuita del programa que no requiere invitación para su descarga y uso, aunque con el inconveniente de que sólo te permitirá escuchar 20 horas de música al mes. Eso sí, incluye una de las grandes ventajas de la última actualización del programa: la posibilidad de escuchar tu propia música (la que guardas en tu ordenador) desde el programa, compartiéndola así con tus contactos.

Por otro lado, si eres de los que ya disponen de cuenta gratuita "oficial" en Spotify, estás harto de los anuncios pero pagar los 12 euros mensuales que cuesta la suscripción Premium te parece demasiado, tienes la opción de acceder a Spotify Unlimited. Por 5 eurillos al mes podrás escuchar toda la música que quieras sin publicidad. Eso sí: no podrás usar el modo "sin conexión" ni instalarte la versión disponible para móviles, ya que esas dos características son para los que sí apoquinan los 12 lerus.

Pues eso. Que ya no tenéis excusa.

miércoles, 12 de mayo de 2010

martes, 11 de mayo de 2010

Una de pluralidad

Estaba editando mis datos de perfil de Facebook cuando me ha asaltado una reflexión: ¿para qué siguen incluyendo las redes sociales en España la opción "Creencias políticas"? En serio, pensadlo: nadie (vale, seamos justos: poca gente) pone una respuesta sincera. De hecho, si no se incluye un partido de izquierdas o un chascarrillo, ese campo se queda en blanco. ¿Y no os da eso que pensar? Quiero decir, ¿hasta qué punto se puede hablar de ideologías políticas en España?

Por mi experiencia, diría que no.

Mucho me temo que nadie nos ha enseñado a distinguir entre ideologías y obsesiones, y que una cosa es tener unas ideas de derecha y otra muy distinta es ser "facha". ¿No os sentís mal? ¿De verdad que no? ¿No os da pena que seamos el único país del mundo (o de los pocos) donde no se puede llevar la bandera del mismo sin ser acusado de algo?

En fin, no sé... Se supone que la democracia implica pluralidad de opiniones. ¿Por qué no puede ponerse en práctica?

lunes, 10 de mayo de 2010

Ah, Paris, mon amour...

Breve apunte para comunicaros que dentro de un mes Alemanita estará en la ciudad de l'amour y del café au lait con Nuri-Nuri visitando a Gaivo y al Burto Original. A nenes, qué bien nos lo vamos a pasar... :D

Gaivo, quiero visita guiada por la parte de tu empresa que se pueda visitar. No digo ná.

"Un facha de siete años"

Artículo escrito por Arturo Pérez Reverte y publicado en El Semanal.

" Me interpela un lector algo –o muy– dolido porque de vez en cuando aludo a España como este país de mierda. El citado lector, que sin duda tiene un sentimiento patriótico susceptible y no mucha agudeza leyendo entre líneas, pero está en su derecho, considera que me paso varios pueblos y una gasolinera. Le extraña, por otra parte, y me lo comunica con acidez, que alguien que, como el arriba firmante, ha escrito algunas novelas con trasfondo histórico, y que además parece complacerse en recuperar episodios olvidados de nuestra Historia en esta misma página, sea tan brutal a la hora de referirse a la tierra y a los individuos que de una u otra forma, le gusten o no, son su patria y sus compatriotas.



La verdad es que podría, perfectamente, escaquearme diciendo que cada cual tiene perfecto derecho a hablar con dureza de aquello que ama, precisamente porque lo ama. Y cuando abro un libro de Historia y observo ciertos atroces paralelismos con la España de hoy, o con la de siempre, y comprendo mejor lo que fuimos y lo que somos, me duelen las asaduras. Aunque, la verdad, ya ni siquiera duelen Al menos no como antes, cuando creía que la estupidez, la incultura, la insolidaridad, la ancestral mala baba que nos gastamos aquí, tenían arreglo.



La edad y las canas ponen las cosas en su sitio: ahora sé que esto no lo arregla nadie.



España es uno de los países más afortunados del mundo, y al mismo tiempo el más estúpido. Aquí vivimos como en ningún otro lugar de Europa, y la prueba es que los guiris saben dónde calentarse los huesos. Lo tenemos todo, pero nos gusta reventarlo. Hablo de ustedes y de mí. Nuestra envilecida y analfabeta clase política, nuestros caciques territoriales, nuestros obispos siniestros, nuestra infame educación, nuestras ministras idiotas del miembro y de la miembra, son reflejo de la sociedad que los elige, los aplaude, los disfruta y los soporta. Y parece mentira.



¡Con la de gente que hemos fusilado aquí a lo largo de nuestra historia, y siempre fue a la gente equivocada! A los infelices pillados en medio. Quizá porque quienes fusilan, da igual en qué bando estén, siempre son los mismos.



Pero me estoy metiendo en jardines complejos, oigan. El que quiera tener su opinión sobre todo eso, acertada o no, pero suya y no de otros, que lea y mire. Y si no, que se conforme con Operación Triunfo, con Corazón Rosa o con Operación Top Model, o como se llamen, y le vayan dando.



Cada cual tiene lo que, en fin, etcétera. Ya saben. Por mi parte, como todavía me permiten y pagan este folio y medio de terapia personal cada semana –es higiénico poder morir matando–, me reafirmo un día más en lo de país de mierda. Y lo voy a justificar hoy, miren por donde, con una bonita anésdota anesdótica. Una de tantas.



Verán. Un niño de siete años, sobrino de un amigo mío, observando hace poco que varios de sus amigos llevaban camisetas de manga corta con banderas de varios países, la norteamericana y la de Brasil entre ellas –algo que por lo visto está de moda–, le pidió al tío de regalo una camiseta con la bandera española. «Van a flipar mis amigos, tito», dijo el infeliz del crío.



Según cuenta mi amigo, el sobrinete bajó al parque como una flecha, orgulloso de su prenda, con la ilusión que en esas cosas sólo puede poner una criatura. A los diez minutos subió descompuesto, avergonzado, a cambiarse de ropa. El tío fue a verlo a su habitación, y allí estaba el chiquillo, al filo de las lágrimas y con la camiseta arrugada en un rincón. «Me han dicho que si soy facha o qué», fue el comentario.



¡Siete años!, señoras y caballeros. La criatura. Y no en el País Vasco, ni en Cataluña, ni en Galicia. ¡En la Manga del Mar Menor! provincia de Murcia. Casualmente, y sólo una semana después de que me contaran esa edificante historia infantil, otro amigo, Carlos, gerente de un importante club náutico de la zona, me confiaba que ya no encarga polos deportivos para sus regatistas con el tradicional filetillo de la bandera española en las mangas y en el cuello. «En las competiciones con clubs de otras autonomías –explicó– están mal vistos.»



Dirán algunos que, tal y como anda el asunto, podríamos mandar a tomar por saco ese viejo trapo (nuestra bandera) y hacer uno distinto. Al fin y al cabo sólo existe desde hace dos siglos y medio. Podríamos encargarle una bandera nueva, más actual, a Mariscal, a Alberto Corazón, a Victorio o a Lucchino. O a todos juntos. Pero es que iba a dar igual. Tendríamos las mismas aunque pusiéramos una de color rosa con un mechero Bic, un arpa y la niña de los Simpson en el centro; y en las carreteras, el borreguito de Norit en vez del toro de Osborne.


El problema no es la bandera, ni el toro, sino la puta que nos parió.


A todos nosotros.

A los ciudadanos de este país de mierda."

jueves, 6 de mayo de 2010

Noche de insomnio

Es increíble lo que unas horas menos de sueño pueden hacer con mi cabeza; la verdad es que debería empezar a preocuparme, aunque ese es otro tema para otro momento. El caso es que cuando no puedo dormir, la única solución que me queda es darle vueltas a las cosas, lo cual no me ayuda a volver a conciliar el sueño, sobre todo cuando comienzo a pensar en el porqué de ciertos asuntos y me doy cuenta de que ninguna de las respuestas posibles es buena.

En fin, el caso es que hace ya tiempo que tengo la sensación de que hay gente a mi alrededor que, por algún extraño motivo, se dedican a hacer y decir cosas simplemente por hacer daño, o tal vez, y para ser más exactos, para dejar bien claro "quién está por encima de quién" o "quién tiene más poder que quién" en según qué situación. De hecho no deja de sorprenderme que muchas veces me tomen por tonta, después de tanto tiempo y tantas cosas... Es jodido que te subestimen, pero es peor tener tan sumamente desarrollada la paciencia y dejar pasar las cosas pensando en que el tiempo ponen a todo el mundo en su sitio.

En fin, no sé... Que a veces me gustaría que la gente se moviera un poco menos por interés y se pusieran un poco más en el lugar de los que los rodean. Seguro que así se pensaban las cosas dos veces antes de hacerlas o decirlas. Porque una cosa está clara, y es que daño sabemos hacer todos. Todos.