Poco a poco intento hacerles ver a los clientes que ser traductor autónomo no es sinónimo de estar disponible las 24 horas del día de los 7 días de la semana, y de momento parece que lo van entendiendo (al menos la mayoría). De todas formas, me sigue pareciendo ridículo tener que explicar que:
- No se pueden trabajar los 7 días de la semana.
- No se pueden aceptar trabajos que impliquen pasarse la noche en vela.
- No se pueden aceptar trabajos que impliquen trabajar todo un fin de semana sin cobrar un extra por ello.
- No se puede estar online las 24 horas del día.
- No se puede estar continuamente llamando por teléfono si tardas 10 minutos en responder un correo (¿habéis oído hablar de las duchas? Pues ellos no).
- La gente tiene vida y asuntos propios que solucionar.
- La salud es lo primero.
Estoy de acuerdo en que una de las ventajas de ser autónomo es que tú eliges cuándo trabajas, y que normalmente se pueden aceptar cosas extra (por eso se llaman "extra") que impliquen un esfuerzo adicional. Lo que no puede ser es que eso se convierta en costumbre y que encima no se pague como lo que es: un sobreesfuerzo. Además, a este punto hemos llegado porque hemos querido, porque carecemos de sindicato, representación, regulación, etc.
Pero señores, que mi salud vale más que un trabajo, y si por pensar así pierdo clientes, que así sea. Ya llegarán otros mejores.
1 comentario:
Lo típico de que te llamen un viernes a última hora y que lo quieran un lunes a primera... eso le ha pasado a mi ex-profesor de árabe muchas veces, que también está hasta los cullons de los clientes. Necesitan educarse en estas cosas.
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