No deja de parecerme curioso lo poco que me importa últimamente la vida de los demás. Pero poco, poco. Vamos, que me la pela. Hombre, verás, que siempre hay excepciones, y no digo que no me alegre de las cosas buenas y que no me entristezcan las malas... Son esas cosas repetitivas y quejumbrosas las que me la sudan completamente. Vamos, que si tú no arreglas tu vida, como comprenderás, yo tampoco voy a hacerlo.
Y tan feliz, oigan.
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