Sábado
Bueno...El sábado me levanté con una ligera resaca...Creo que me pasé gran parte de la noche diciendo gilipolleces, pero de eso se acordará mejor el señor Jbeer. Nos despertamos, nos volvimos a dormir, y ya no pude dormir en concidiones por el trajín que había en el pasillo. Me levanté a ducharme, y mientras iba hacia el baño con mi toallita liada venía detrás de mí un señor mayor al que Christian le indicaba el camino del baño y le decía: "tú sigue a la dama", y yo pensaba, sí, a la dama a la que casi se le ven las bragas jajaja! En fin...Que nos duchamos, hicimos la compra (alcohol para sobrellevar el día) y nos montamos un brunch en casa de lo más rico! Después de eso y de esperar a los alemanitos, nos fuimos para el Carnaval el señor Jbeer, Evgeny, Marcel, René y yo. El viaje en tren, desesperante, ¡qué puto calor! Y además los alemanes tiene la fea costumbre de que, cuanto más calor hace, más ventanas del tren cierran. A ver señores, que yo sé que ustedes no están acostumbrados a estas temperaturas, así que si un turista español abre la ventana, créanme, ¡es bueno! No la cierren; repito, NO la cierren.
Pues eso, que llegamos hechos sopa y empezamos a pasear y esas cosas, hasta que volvió a soplar ese viento huracando que Jose y yo ya conocíamos...Pusimos pies en polvorosa y un minuto después estábamos en los soportales de la iglesia...Aunque cuando empezó a llover tuvimos que entrar porque era bestial la tromba de agua que caía. Así fue que acabamos en todo lo alto de la nave de la iglesia, sentados en el suelo, rodeados de varios cientos de personas, bebiendo cerveza en suelo sagrado y escuchando un concierto de órgano improvisado que montaron tras observar que jamás volverían a tener tanto público como en esa ocasión. Cuando el concertista acabó su interpretación, toda la iglesia le aplaudió, silbó y animó como si de un concierto de rock se tratara...El pobre, qué ilusionado que estaba...En su vida le van a volver a aplaudir así! Y nada, cuando paró de llover salimos y seguimos disfrutando de una agradable tarde/noche dando vueltas por la feria y probando todo lo probable...Qué buenos que estaban los churros, madre mía! Me encontré a Phillip y luego más tarde a Juan Pablo y Josema. Vimos batucadas increíbles (a mí es que eso me encanta), bailamos un ratito, algunos se dejaron masajear la cabeza, otros bebieron Absenta y poco más...Poco antes de que cerrasen la feria por ese día, Joss y yo nos fuimos para casa reventados del todo a descansar. ¡Vaya dolor de piernas que tenía al día siguiente! En fin...
Y al día siguiente, despedida. A mí es que esas cosas no me gustan y se me dan mal, así que cuando estábamos en el aeropuerto sólo se me ocurrían preguntas estúpidas tipo "¿llevas el billete?" y cosas así...El señor Jbeer pasó por el chek-in, nos despedimos y nos abrazamos por última vez hasta dentro de no se sabe cuánto tiempo y se fue...Me pasé un ratito haciendo el capullo tras el cristal, y ya está. Luego me fui toda triste y compungida al tren y al carnaval a ver a Diana bailar como si de una aborigen se tratara.
En resumen, ha sido una visita muy divertida. No ha habido noche que no nos entrara la gilipollez antes de dormirnos y que no soltáramos carcajadas de esas que retumban, y es que nos hacemos mayores eh... Pues nada chico, que un placer como siempre tenerte por aquí, y que esto de descubrir nuevas etapas pues está muy bien. ¡Hasta pronto!
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