Pues eso, que para el que no lo sepa, que seréis pocos (o muchos), de auqí a...jobá, menos de 2 semanas...¡estaré en Berlín! ¿Que por qué? Porque yo lo valgo.
En realidad hay un motivo, y es el cumple del pequeño e indefenso Marcel, que ya no es ni tan pequeño ni tan indefenso, y es una excusa tan buena como cualquier otra para pillarse una semana de vacaciones e irse a pisar nieve a mi ciudad.
También la Ruby-Ruby de mi hermana se pasará por allí el fin de semana para darle 25 tirones de orejas al rubio alemanito, y de paso, pasear por Unter den Linden, volver a hacer miles de fotos en el muro, hacer compras en el Flohmark de Mauerpark, echar un vistazo a la Humboldt, tomar un café o unas cervezas en el Zapata (y ver si sigue el camarero chileno taaaaan guapo que había antes), pasar por el X-Terrain, tomar un Late Macciato en la cafetería de la esquina de la calle de la Mensa, ir a comer a Warschauer, hacer más fotos por el barrio turco, ir al Fritz (esta vez no os escapáis, mamones), conocer a la novia de René (ejem), darle un abrazo inmenso a Evgeny, practicar con Rodrigo mi portugués, echarme unos pitis con Christoph, hacer la ruta de los búnkers, volver al Pergamon, visitar el mercadillo de los sábados por la mañana de la isla de los museos, y miiiiiil cosas más.
No, no tengo nostalgia, qué va.
Pues eso, que del 12 al 18 de febrero...Alemanita vuelve a sus "casi" orígenes. ¿Nos vemos allí?
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