sábado, 13 de noviembre de 2010

El universo contra mí

Ya sé que soy una exagerada, pero es que menuda semanita llevo... He estado trabajando como una campeona, durmiendo una media de 4 horas al día y haciendo trabajos de todo tipo, algunos que solo pueden describirse como TEDIOSOS, pero no importa, porque una es consciente de su profesión e intenta llevarla lo mejor que puede. Lo que pasa es que hay veces que, simplemente, no se puede aguantar todo: clientes que exigen más y más aún sabiendo que estás hasta el cuello, programas que se estropean, documentos que no llegan, palabras que no encuentras... Lo normal, vaya. Pero si además el mundo no te deja descansar y en casa prácticamente sólo te hablan para que soluciones problemas informáticos, telefónicos o de vetetúasaberqué, o para contarte los problemas maritales de tus padres, pues te vas cargando.

Y es que lo no dejarme descansar no es ninguna tontería. En mi casa la gente empieza a levantarse a las 6:45, y parece que cuando se levanta el primero ya todo el mundo tiene que despertarse: portazos, golpes, voces, teléfonos... ¡Por Dior! ¡Que algunos nos acostamos a las 4! Y haz tú un ruido a esa hora o llega un sábado a las 5 de la mañana sin apenas respirar para no despertar a nadie, que ya te la han liado... Y eso de lunes a domingo, porque no vayáis a pensar que los fines de semana se descansa, no, que va...

Esta mañana tocaba jardinería a las 9 de la mañana: portazos, voces, mil entradas y salidas al patio (que no sabéis el follón que montan la puerta y la cortina del patio), que si corto aquí, que si tráeme esto, que si pon Onda Cero a toda hostia... Y entretanto, mi móvil empieza a sonar... ¡Desde las 9 de la mañana! ¿Pero qué le pasa a la gente? Que sí, que la culpa es mía por olvidarme de ponerlo del todo en silencio, pero joder...

No me malinterpretéis, me encanta que me llaméis, pero es que esta semana no he conseguido dormir más de dos horas seguidas sin que alguien me despierte con una llamada, un portazo o un grito. Y ayer la sesión de música techno que hubo toda la mañana en mi casa ya fue el colmo... Cuando por fin podía descansar un par de horas, después de haber entregado la última parte del proyecto, mi hermana se pone a limpiar con la música bastante alta. Que no me meto con ella, ojo, que yo también lo hago y lo entiendo, y de hecho no le dije nada, pero es que vaya tela...

En fin, y luego tienes que aguantar que te digan que eres una mierda porque te vas del bar a las 2.30 de la mañana. De verdad que a veces el mundo me cansa...

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Actualización: acabo de recibir un correo pidiéndome me acompañe que acompañe el lunes al hospital a una de las personas que más detesto de este mundo. Supongo que a nadie le importa que tenga que hacer una burrada de palabras ese día, ¿no? Llamadme cruel, pero qué queréis que os diga... no me apetece nada pasarme dos horas aguantando reproches, insultos y mierda un lunes a las 10 de la mañana....

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