Pues eso, que ayer fui a acompañar al señor Joss al aeropuerto, y mira que he ido veces este año, pero es que no consigo acostmbrarme a las despedidas allí, que me dan una pena...Alemanita es uan chica fuerte, pero a veces los nervios la traicionan. ¡Pero bueno! Que este post era para hablar de la visita!
La verdad es que no sé qué contar...¿Qué hemos hecho? Pues no vayáis a pensar que han sido unos días de turismo intenso...Hay que reconocer que un poco vaguillos sí que andamos. El viernes fuimos a por la oferta esa del asiático, y fíte tú, que resultó ser publicidad engañosa, y que allí ni buffet ni nada. ¡Qué desilusión! Pero ese día se decidió que se comía en buffet y en buffet comimos! Jose había descubierto otro asiático en Oranienburgerstrasse con la misma oferta, así que allí nos plantamos. Ya sabéis que yo el picante y las cosas así raras las llevo mal (es lo que tiene ser tan delicaíta), así que me hinché de arroz, de aceitunas y de n postre de frutas con yogur que...en fin, estaba bueno, pero era bastante raro...Jose probó algo que parecía ser pollo con chile, que por los sudores que le entraron deduzco que chile sí que llevaba, un par de variedades de lentejas y pasta (¡ah, eso también lo probé yo!). Salimos de allí a punto del desmayo, así que decidimos pasar por casa a ducharnos antes de tirar para el Carnaval. Cuando salimos del tren en Charlottenburg, empezó a soplar un viento huracanado, y la gente salía corriendo a resguardarse. Nosotros no sabíamos muy bien qué pasaba...hasta 2 minutos después, que sin previo aviso, el cielo descargó sobre nosotros la mayor tromba de agua y granizo que he visto en mi vida. ¡Virgen del camino seco! En cuestión de segundos (lo que tardamos en meternos en un portal) estábamos completamente empapados, como si hubiéramos salío de una piscina...¡Increíble! Llegamos a casa como pudimos y convencí a Joss y a René pa irnos al parque a disfrutar de la lluvia, yeahh! Nos pusimos las chanclas y los pantalones cortos y allá que nos fuimos a corretear por el césped detrás de los patos y a que me revolcaran por el barro...¡Qué chulo que estuvo! Hacía mil que no disfrutaba de la lluvia así...
Luego a casita, una ducha caliente que nos devolvió la vida, un ratito de descanso y...¡al Carnaval! Esa noche comimos cosas ricas (ese puesto de macarrones ehhh!), bebimos cervecita y dimos el primer paseo por el que este finde ha sido mi segundo hogar: el recinto del Carnaval de las Culturas. Estuvimos hasta las 12 si mal no recuerdo, y servidora iba más que contenta...Entre las Becks y la San Miguel...mamma mia!! De vuelta en Charlottenburg pasamos por el ruso a comprar cervecita rica polaco-rusa, fuimos a la resi, nos bebimos unas cuantas y cuando caí en la cama creo que fue cuestión de segundos que me quedara seca del pelotazo que llevaba jajajajaj!
5 comentarios:
Lo de chapotear bajo la lluvia estuvo genial...faltó un poco más de potencia e intensidad de lluvia..el señor Thor se hace viejo.
Me hubiese encantado hacer un par de cosas.
Meterme en el lago
Corretear desnudo por el parque...
y si el pato te hubiese picado el pito qué?? si es que...encima de que velo por vuestra seguridad!!
Buah, pa lo que sirve...que se lo quede el pato
jajajaajajajajajajajaj! pero bueno! además eso sería zoofilia, y seguro que se atragantaba..
O no..jajajaja
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