Pues eso, que llevo una semanita de una mala hostia, que tela...
¡Estoy taaaan indignada y taaaan enfadada con todos los hombres del mundo! Bueno, con todos no, pero con algunos. Buah, qué asco.
Este finde espero que sea uno de esos findes curativos, que viene una amiga de Alba a pasar el puente y supongo que habrá que salir "a darlo todo", como dice Marta. Pues eso, ¡a darlo todo!
La semana pasada repartimos los papelitos para el amigo oculto (amigo invisible portugués), y me ha tocado una niña majísima y súper linda. El rollo es que el día oficial de darse los regalos es el día de la cena de empresa (19 de diciembre), pero hasta esa fecha puedes ir dejando pequeños regalitos por ahí para que tu amigo oculto los encuentre. A mí me han dejado un ramo de chupachups, que encaja muy bien con mi actual fobia al matrimonio, ya que parece enteramente un ramo de novia, ¡jajajajaja!
Oficialmente, soy la alcohólica de la empresa. El jefe viene a preguntarme de vez en cuando a quién he arrastrado este finde a tomar "copos" (copas, en portu), y yo pues me tengo que reír. Toda la gente hace bromas sobre mí para el día de la cena. Con tanta presión, no voy a poder emborracharme a gusto, jajaja!
También le tengo el ojo echao a un muchacho que está aquí de prácticas. Es mú joven (creo que ya he hablado anteriormente de él), pero si el día de la cena viene con nosotros, va a crecer varios años de golpe en una noche...
Y bueno, que sigo súper indignada con el mundo mundial, y muy muy triste por otras cosas, pero ya me conocéis, me dan rachas maníaco-depresivas que se me pasan con un poco de fiesta.
¡Ya sólo faltan 2 semanas para las vacaciones! Qué ganas tengo de coger a mis hungaritos y achucharlos y apretarlos hasta que no puedan respirar...
Mientras tanto, intentaré aprovechar estos últimos fines de semana en tierras porteñas. Ya os iré contando.
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