Esta entrada tiene como fin expresar mi más profunda queja sobre la falta de respeto de horarios que hay en mi casa. Me enfada bastante que mis padres piensen que por tener que salir de casa temprano ya son los únicos que trabajan, y que incluso en fin de semana, la hora a la que ellos se levantan es la hora a la que todo el mundo debería despertarse.
Queridos padres: no es normal andar por la casa a voces y a golpes a las 7 de la mañana; no lo es entre semana y mucho menos los fines de semana. Las mañanas en las que yo me levanto antes que vosotros procuro que nadie excepto yo lo sepa, haciendo la mínima cantidad de ruido posible. De la misma forma, cuando un fin de semana llego tarde a casa, intento no hacer ruido no para evitar que sepáis si he llegado a tal o cual hora, sino porque no creo que tenga derecho a despertar a nadie.
Agradecería que algún día aprendáis que no a todos nos gusta despertarnos un sábado a las 9 de la mañana con la radio de la cocina a toda hostia, ni un domingo a las 7 porque no sabéis si las botas que os habéis puesto se calarán o no en la montaña. Tampoco se trata de que vayáis de puntillas, pero no sé, la parte de los gritos, portazos y golpes podíamos ir dejándola aparcada. Creo que yo no entro cantando cuando llego a casa y estáis acostados.
En fin, supongo que todo se resume a que seríamos mucho más felices si yo no viviera aquí, pero podéis creer que hago todo lo que está en mi mano para procurar que esta situación se acabe cuanto antes.
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