Esta mañana me ha llegado un mail de una agencia de traducción italiana que decía lo siguiente:
"Hello, are you available for a DE>ES translation with Trados starting today? Regards."
Me he quedado un poco sorprendida por la falta de información, así que le he pedido que me dijera fecha de entrega, tema, nº de palabras y tarifa. Sería una locura aceptar un trabajo sin saber qué tienes que hacer. Bueno, me ha respondido más o menos y me ha dado un precio. Después de hacer mis cuentas le he contestado y le he dicho que estaría dispuesta a hacerlo, a pesar de que el precio me parece un poco bajo. Eran 6 céntimos la palabra, algo más de 6.200 sin traducir y otro tanto en una memoria de traducción que me mandaban, todo para entregarlo el lunes. Además eran unos documentos técnicos bastante feos y difíciles. Bueno, pues me ha respondido y me ha dicho que acababa de adjudicarlo, que lo sentía y que le mandase mi CV para futuras colaboraciones. Mi padre se ha quedado un poco flipando cuando se lo he contado, hasta que le he explicado que 6.200 palabras de alemán técnico en dos días a 6 putos céntimos era un robo a mano armada. En mis perfiles, el precio mínimo que tengo oscila entre los 7 u 8 céntimos, a los que se cobra un recargo por grandes volúmenes y poco tiempo. Mi profesora de Berlín cobrara las que les hace a Bosch a 14 céntimos. Yo no aspiro a eso (de momento) ni de coña, pero de ahí a hacerlo por 6 teniendo ya el título...joder, que así no se hacen las cosas. La gente piensa que los traductores somos máquinas sin vida social, y mira, mi vida y mi trabajo tienen un precio. Mi padre decía que cuando estás empezando tienes que tragar cosas así, y le he dicho que por supuesto, que cuando he sido estudiante he cobrado verdaderas mierdas por trabajos de una semana, además del tiempo que estuve en estudiLN cobrando otra mierdecilla, cuando por las traducciones que hacía podría haber ganado, al final del año, muchísimo dinero. No, yo la época de estudiante ya la he pasado, y si he terminado esta licenciatura es precisamente para poder cobrar un precio decente. Si todo el mundo se dedica a bajar sus precios, de aquí a unos pocos, poquísimos años, será totalmente imposible vivir exclusivamente de la traducción, aun teniendo un volumen de trabajo enorme que te deja sin vida social. En fin, que si no miramos nosotros mismos por nuestra profesión...¿quién lo va a hacer? Además, estoy segura que esa agencia le ha cobrado al cliente un mínimo de 10 céntimos la palabra.
Sé que muchos no entenderéis que critique ese precio, pero hacedme caso si os digo que es una vergüenza. Aunque claro, si sólo me van a ofrecer esas cosas, al final tendré que acabar pasando por el aro. Pero mientras pueda, me mantendré en mi sitio.
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