Ay omá, que mira que yo lo sabía,q ue hay cosas que no puedo mezclar, y mucho menos sabiendo de quién son. Que mira que no me sientan bien y que ya he tenido mis experiencias con eso...Pues nada, gilipollas de mí, anoche cagué mi noche por no hacerme caso.
Anoche, fiesta española en casa de Eva. La gente del trabajo y tal, y los alemanitos ofcúr (según Judit somos el trío LaLaLa, jejejejej!). Todos bebiendo todo lo que se podía: cervecita, vinito, roncitos...Ricos ricos! Muy buen rollo, risas, fotos...Todo genial. Luego al Poney Bar, ese sitio donde me pillé mi primer pedillo en Berlín de la forma más tonta con Phillip al poco de conocernos. Por el camino tuve una conversación con Eva que no sé muy bien cómo clasificar y que tampoco sé hasta qué punto me hizo bien, pero bueno, en el momento del éxtasis de la noche todo daba igual. Pues lo dicho. Que todo pintaba muy bien (incluso estaba dispuesta a ir a Panorama), hasta que llegó a mis manos el objeto del mal... Lo usé (poco, muy poco), y a los diez minutos...Flassssshhhh....Colocón de los malos a toda pastilla. A la puerta a tomar el aire. Eva que viene a darme conversación y yo que apenas podía hablar. Se va y...empieza mi fiesta. La GRAN potada del año!! Una maravilla oigan! Hasta la gente se apartaba de la acera jajajajaja! Buah, qué asco, qué mal me sentó, no podía ni moverme, qué mal...Menos mal que vino Kepa y, cuando lo eché todo, me ofreció su casa, que está justo enfrente del Poney, y ahí que dormí en la habitación de su compañero que no estaba más a gusto que un arbusto. Una cama enoooooooorme y extradura, uan habitación de diseño, unas sábanas la mar de cómodas y...cortinas negras! Qué bien que dormí. Pero a las 9.30 ya estaba despierta, sin resaca ni nada, aunque con un estómago delicadito.
Y en fin, que Marcel se ha pasado el día cachondeándose de mí y ahora toda la resiencia sabe lo que me pasó anoche y por qué.
Y bueno, luego cuento más cosas que me están esperando para ver una peli.
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