...una escapada de uno o dos días a uno de esos hotelitos "con encanto". No sé por qué pienso en estas cosas, si ni siquiera puedo pasar una noche fuera de casa, pero si pudiera hacerlo, me escaparía sin decírselo a nadie, me buscaría un amante, y me metería en una habitación que diese a un lugar precioso a pasarme el día entregada a los placeres de la vida.
Será que se acercan los reyes y nos surgen los deseos imposibles...
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