Estoy súper deprimida.
Me encantan los zapatos, me encantan las sandalias, me encantan los tacones, las botas las zapatillas. Me encanta cualquier cosa que se pueda poner en los pies... Lamentablemente, y como todo el que me rodea sabe, jamás llevo nada así. Mi vestuario zapatil está compuesto por Doc Martins, botas de montaña, chanclas de trekking, chanclas playeras y zapatillas de hombre. ¿Por qué? Porque no tengo pies; tengo monstruos.
Sí, amigos. Si alguna vez os preguntasteis si la leyenda de Big Foot existiría realmente, la respuesta es sí: vive en Granada.
Odio mis pies. Y no porque sean más bonitos ni más feos, por tener las uñas así o asá ni por cualquiera de los miles de defectos que podría sacarles, sino simple y llanamente porque son monstruosos. No sólo son "largos" (41-42, culpa de mi dedo gordo, que es un ente con vida propia), sino que son anchos. Anchos no, anchísimos. Anchos por arriba y por el centro. ¿Y cómo son las hormas de todos los zapatos de mujer? Estrechas por arriba y por el centro.
Pues eso.
Que estoy deprimida.
Yo quiero ser mujer, pero mi cuerpo no me deja.
2 comentarios:
Bueno, no sé si te animará, pero buscando fotos de Vainica Doble (bizarrada de dúo, por cierto) me he encontrado con esto:
http://elbuenvigia.tripod.com/
Es el tercer clon que descubro!! Maldita sea, SÓLO PUEDE QUEDAR UNO!!!
¡Jajajajajajaajajaj!
Creo que me asusta más lo de Vainica Doble :D
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