Madre del amor hermoso, pero cómo se puede ser tan...tan...Ay, creo que tenemos un serio problema con el alcohol. A mí me duelen desde ayer los riñones, y no quiero pensar que estén saturados de filtrar, pero lo cierto es que cada vez me cuesta más tajarme y soporto mejor el alcohol .
Anoche, mientras chateaba en mi camita, súper tranquila, a eso de las 22.15, y después de haber acordado que estábamos demasiado cansados como para salir de fiesta y que nos quedábamos en casa de tranquis, aparecen Marcel, René y Jan a convencerme para salir de fiesta. He de decir que no me apetecía un carajo, pero después de que me dejaran un pepino de grandes dimensiones sobre la cama "por si decidía no salir" y de comprobar que mi mejor amiga se iba con ellos, decidí que no podía quedarme en casa con los brazos cruzados. Me duché y sobre las 23.30 nos fuimos para el Tacheless y el Zapata, que esta gente aún no lo habían visto. Los llevé, lo fliparon, echamos unas cervezas...y empezó la fiesta latina en el Zapata! Regguetón en estado puro acompañado de canciones de Orishas y La Mala Rodríguez. Naturalmente, todo eso lo oigo en España y me voy de la disco. Pero anoche...anoche la liamos...y bien. Marcel se animó a bailar regguetón conmigo, me sacó al centro de la pista y dimos un espectáculo que...tela, jajajaaj! Fuimos los más bailongos de la fiesta jajajajaj! Seguro que hicimos el ridículo, pero y lo bien que nos lo pasamos! Lamentablemente, los demás se aburrieron tela (René, Jan y el Boston-boy, la nueva adjudicación del club de fans de mi amiga, que vive en la tercera planta; es majo, pero no acaba de convencerme...). En fin, que nos fuimos a comer algo y a otro club, y cuando llegamos a la puerta decidimos que nos íbamos a casa. René tenía uno de sus momentos de "estoy aburrido, me suda la polla todo y si me preguntas algo te voy a responder con un borderío", así que pasé de él porque había que ir en Nachtbus y luego esperar al tren e iba a ser un camino demasiado largo como para ir cabreada. Pero como Marcel también nos conoce, pues se hizo cargo de él, y cuando llegamos a Charlottenburg ya estaba más animado. El camino a casa, una panzá de reir tras otra, y el punto culmen fue cuando intenté enseñarles a decir "aquí o follamos todos o tiramos la puta al río", con su correspondiente versión alemana "hier entweder ficken wir alle oder wir schmeissen die Nutte in der Fluss". No intentéis corregir la frase, fue una obra maestra del momento que sirvió para partirnos el culo hasta no poder más.
Pero ahí no acabó la noche, no señor...Cuando estaba ya en la puerta de mi habitación, con la llave en la mano para entrar y acostarme, a eso de las 5 de la mañana, me llega Marcel y me dice: "pero cómo, ¿no nos íbamos a beber la botella de vodka que hay en tu frigo?" Y yo con cara de "¿pero qué me estás contando?". Pues sí, compré una botella de vodka hace unos días para cualquiera de estas noches, y anoche fue la noche. Nos sentamos los 3 mano a mano y a las 7 de la mañana nos encontró la limpiadora en la cocina casi en estado catatónico. Mientras tanto habíamos roto la botella, nos habíamos atacado con tenedores, cucharas, escobas y sillas, habíamos bailado la canción de Grease y, lo que más me flipó porque pensé que jamás se hablaría de ello, fue escuchar comentarios por parte de los dos de "aquello" que pasó entre René y yo hace tiempo. Pensaba que era algo tabú, y de hecho lo es, pero anoche...yo creo que si hubiera querido no habría dormido sola, porque estaba muy cariñoso y no paraba de abrazarme y tocarme. En fin. Pero la vida es así.
La cuestión es que la noche acabó de escándalo. Me he levantao casi a las 4, no he ido a tomarme el café con Maite y los de la clase porque me he sobado y ahora he visto Casablanca mientras comía tostadas calientes de sobrasada. Un placer.
Voy a hacer la compra, y a ver qué nos depara esta noche...
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