Mostrando entradas con la etiqueta tiempo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta tiempo. Mostrar todas las entradas
miércoles, 21 de mayo de 2014
Ya lo decía Platero
¿Sabéis cuando el simple roce del menor vello del cuerpo de una persona te hace olvidar meses de terapia? Seguro que sí, aunque no es de eso de lo que quería hablar. En realidad no quería hablar de nada, solo pensar en voz alta y ya está todo dicho.
Por cierto, creo que soy un imán del mal tiempo. Llegué a Grecia y, a los días, empezaron la lluvia y el frío que duraron todo el tiempo que estuve allí, con algún día bueno aislado. Llegué a Berlín y lo mismo, los primeros días muy bien y después otra vez lluvia y días grises hasta que me fui, y ahora que estoy de nuevo en Granada, más de lo mismo: llego y todo es perfecto: pleno verano, sandalias, terrazas, sol, etc. Cuatro o cinco días después vuelven el frío, la lluvia y el viento. What's wrong with me? Seguro que cuando me vaya un par de semanas a Portugal me pasará lo mismo. Al menos ya sé qué echar en la maleta...
Y nada, que la vida sigue igual. Solo cambian el idioma en que voy a al súper y el desgaste emocional que yo misma me genero. Bueno, y que aquí hago más cosas "a diario": un día vas al cine, otro a tomarte unas cervezas, otro a dar un paseo por el campito, otro a una conferencia, otro te quedas currando, otro te vas de excursión con cualquier amigo a cualquier sitio... La verdad es que, en ese aspecto, la vida aquí es más fácil, más plena. En ese aspecto.
sábado, 15 de enero de 2011
La patraña del tiempo
"El tiempo cura toda las heridas".
Menuda patraña. El que inventó esa frase seguro que nunca tuvo ninguna herida que curar. Cuando pienso en los momentos más... dolorosos, o hirientes, de mi vida, por mucho tiempo que haya pasado sé que siguen estando ahí. Sí, es cierto que aprendes a convivir con ellos y a esquivarlos, pero de ahí a olvidarlos...
El caso es que cada vez que alguien dice eso me dan ganas de patearle la cabeza. En nuestro egoísmo hemos desarrollado infinitas maneras de dar puerta a situaciones, conversaciones o actos que puedan resultarnos incómodos, y para ello utilizamos hasta la saciedad una serie de frases tópicas que utilizamos de manera indiscriminada: "el tiempo todo lo cura", "todo llega", "la vida es así", "no se lo merece" (donde "lo" puede ser cualquier cosa), "pasa de ello", "no le des más vueltas"... En fin, no estoy muy inspirada, pero supongo que ya me entendéis. Y no penséis que yo no lo hago; buf, bonica soy. Desde que entré en esta fase de "me importa todo una mierda", creo que sólo me expreso con estas frases. Bueno, no sólo, pero simplemente estoy devolviendo lo que he recibido. Es triste, pero después de tantos años estando ahí para todos, invirtiendo tiempo, emociones y amistad con todos, este año me he encontrado con que, cuando yo lo he necesitado, nadie se ha acercado a preguntar de corazón el por qué de todo. Nadie. Bueno, para ser fiel a la verdad diré que hace una semana tuve una conversación muy positiva por lo sorprendente que fue con quien menos esperaba. Y quien menos esperaba sabía más sobre mí que yo misma. Y, curiosidades de la vida, una semana después he sido capaz de enfrentarme (con éxito relativo) a una de las situaciones que más me angustiaban.
En fin, que esto no es una llamada de socorro, ni muchísimo menos, sino más bien una reflexión condicionada por mi estado de ánimo sobre lo egoístas que nos hemos vuelto todos. En realidad, esta racha me está ayudando mucho a ver la verdadera cara del mundo, a entenderla y a adaptarme. Sé cómo no quiero ser y sé cómo no quiero que sea la gente que me rodee. Ahora sólo me falta conseguirlo.
Y para eso, sólo necesito tiempo...
Menuda patraña. El que inventó esa frase seguro que nunca tuvo ninguna herida que curar. Cuando pienso en los momentos más... dolorosos, o hirientes, de mi vida, por mucho tiempo que haya pasado sé que siguen estando ahí. Sí, es cierto que aprendes a convivir con ellos y a esquivarlos, pero de ahí a olvidarlos...
El caso es que cada vez que alguien dice eso me dan ganas de patearle la cabeza. En nuestro egoísmo hemos desarrollado infinitas maneras de dar puerta a situaciones, conversaciones o actos que puedan resultarnos incómodos, y para ello utilizamos hasta la saciedad una serie de frases tópicas que utilizamos de manera indiscriminada: "el tiempo todo lo cura", "todo llega", "la vida es así", "no se lo merece" (donde "lo" puede ser cualquier cosa), "pasa de ello", "no le des más vueltas"... En fin, no estoy muy inspirada, pero supongo que ya me entendéis. Y no penséis que yo no lo hago; buf, bonica soy. Desde que entré en esta fase de "me importa todo una mierda", creo que sólo me expreso con estas frases. Bueno, no sólo, pero simplemente estoy devolviendo lo que he recibido. Es triste, pero después de tantos años estando ahí para todos, invirtiendo tiempo, emociones y amistad con todos, este año me he encontrado con que, cuando yo lo he necesitado, nadie se ha acercado a preguntar de corazón el por qué de todo. Nadie. Bueno, para ser fiel a la verdad diré que hace una semana tuve una conversación muy positiva por lo sorprendente que fue con quien menos esperaba. Y quien menos esperaba sabía más sobre mí que yo misma. Y, curiosidades de la vida, una semana después he sido capaz de enfrentarme (con éxito relativo) a una de las situaciones que más me angustiaban.
En fin, que esto no es una llamada de socorro, ni muchísimo menos, sino más bien una reflexión condicionada por mi estado de ánimo sobre lo egoístas que nos hemos vuelto todos. En realidad, esta racha me está ayudando mucho a ver la verdadera cara del mundo, a entenderla y a adaptarme. Sé cómo no quiero ser y sé cómo no quiero que sea la gente que me rodee. Ahora sólo me falta conseguirlo.
Y para eso, sólo necesito tiempo...
Etiquetas:
bebe,
carlos jean,
música,
reflexiones enfermizas,
tiempo,
vídeos
Suscribirse a:
Entradas (Atom)