domingo, 24 de marzo de 2013

ENETI 2013

Estos días hemos tenido movida traductoril en Granada con la celebración del ENETI 2013, el Encuentro Nacional de Estudiantes de Traducción e Interpretación. Por desgracia no pude asistir a las conferencias porque el día que salieron las plazas yo aún no tenía internet en casa y en el tiempo que tardé en ir de la mía a la de mis padres se agotaron todas. El viernes hablé de esto con Blanca, una de las organizadoras, que me contaba lo mucho que alucinaron ese día. La chiquilla, más maja que ná, me dijo que debería haberla avisado y que me habrían podido hacer un huequito en algún sitio, pero bueno, tampoco pasa nada.

En fin, que yo no voy a hacer ningún resumen de las jornadas porque de eso ya se encargan los que realmente fueron y les gusta escribir estas cosas. Yo me limitaré a hablar de lo mucho que me gustó conocer en persona a gente como Manuel, Florencia, Ayako y José Luis, del placer que fue conocer a Maya, Isidro, Merche o Pedro y de lo que disfruté volviendo a ver a las adorabilidades de Ro, Curri, Isma, Yeyu y Olli, que aunque algunos vivamos en la misma ciudad no por ello sacamos tiempo para quedar todo lo que nos gustaría.

Y para muestra, un botón:

Rocío, yo, Ismael y José Luis

Queridos, ha sido un placer teneros por aquí estos días. A ver si no dejamos que pase tanto tiempo antes de la próxima quedada, que siempre es un placer pasar tiempo con unos locos tan adorables como vosotros.

Cada día me gusta más ser traductora. No sabéis la gente tan buena que hay en este mundillo.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Y el mundo sigue girando, como siempre, al revés

Cuando ya pensaba que entendía a la "gente", van y me sorprenden de nuevo, y como de costumbre, de forma negativa.

Mi padre (cómo no) lleva ya un par de semanas muy raro, desde que una mañana me llamó para ir a comer a casa y le dije que no podía porque tenía una entrega a las 4 y no me daba tiempo si me iba 2 horas con ellos. Se enfadó muchísimo, jamás entendí por qué, y me dijo que en ese caso tiraría la comida, que no volverían a invitarme a comer y que vaya agenda tan ocupada la mía. Yo me quedé con cara de panoli y opté por pensar que estaría teniendo un mal día y que le dio por ahí. El caso es que ni me volvió a llamar ni nada, y las dos o tres veces que he llamado a casa a ver cómo estaban sonaba muy raro.

Sin ir más lejos, ayer le llamé para felicitarle por el día del padre y su respuesta fue que no tenía nada que celebrar, que lo haría si tuviera unas hijas de las que sentirse orgulloso, y yo me quedé muerta. Intenté tomármelo a broma y salir de la conversación con alguna broma, pero él insistía en ese argumento y, la verdad, que tu padre te diga eso, por muy broma que sea, duele. En fin, al final las aguas volvieron a su cauce, hablamos un rato y poco más.

Y hoy, de nuevo, he vuelto a llamarlo para pedirle que echase unas mantas al coche, que no me daba tiempo de ir a su casa a por ellas y pedirle que pasara por la mía, que le pilla de camino para ir al trabajo, y se ha pasado un par de minutos diciendo que no, que no pensaba venir, que si las quería ya sabía dónde estaban, etc. De nuevo he vuelto a quedarme planchada y al rato ya me ha preguntado que cuáles eran y al final me las ha traído, pero joder... A veces parece que no me conoce nada. Si supiera lo que me duelen esas bromas... En fin.

Y volviendo al tema de la "gente", lo mejor ha sido cuando esta tarde le he escrito a mi supuesto mejor amigo de por aquí para contarle algo que me hace muchísima ilusión y que me tiene feliz cual perdiz desde hace un par de semanas. Además, se lo he dicho en forma de bomba para dar pie a una conversación, una llamada, una reacción o algo. Su respuesta ha sido "Aham" y "Suerte", además de otro par de frases por el estilo. Otra vez me he quedado mirando el móvil con cara de gilipollas y se ha vuelto a encender en mi interior el cartel de "empiezas a sobrar otra vez en esta ciudad".

Así es, amigos. Estas son las cosas que siempre acaban por enviarme lejos de aquí. Si las personas que más quiero muestran ese interés por mí, pues casi que prefiero seguir con mi tónica de año nuevo, ciudad nueva. E historias de estas tengo para aburrir.

En fin, el caso es que llevo unas semanas asquerosa e inesperadamente feliz (a lo mejor un día os hablo de ello... o no), y no estoy dispuesta a que nadie me lo estropee. Cuando el mundo quiera volver a la normalidad, aquí estaré, pero basta ya de sentirse culpable por cosas que ni siquiera sé que he hecho.

viernes, 15 de marzo de 2013

Dejad que la poesía vuelva a mí

Vivo despacio sin ti,
sin ti mis horas son largas,
debo a tu ausencia una vida
que no sé con qué llenarla.
Lentamente, como yedra
que no veo crecer, avanza
el tiempo sin ti, cubriendo
inquietudes y esperanzas.
Para que mueran sus flores
todo un otoño hace falta,
otoño que nunca llega,
horas que el viento no arrastra.

Manuel Altolaguirre. "Vacío". Poesías completas.

Descubrí a este poeta andaluz allá por 7º de EGB gracias a la biblioteca del colegio, biblioteca que probablemente fui la única alumna que visitó por iniciativa propia. Quién iba a decirme que unos pocos años después, 2, para ser exactos, me pasaría las noches pegada a un programa radiofónico de poesía en Barbate llamando par recitar estos y muchos otros versos, escribiendo los míos propios e incluso yendo al estudio un par de veces con unos amigos a leer en directo nuestras poesías. Cuánto ha llovido desde entonces...

Ahora, hace años que no leo poesía, supongo que cada cosa tiene su momento. Sin embargo, ayer me enseñaron unos versos de Cortázar que me hicieron recuperar esa sensación que tenía antes cada vez que leía algo de Benedetti o, por qué no decirlo, de Lorca, cuyos "Sonetos del amor oscuro" me regalaron interminables noches de pavera juvenil.

Es cierto que ya no tengo las ganas ni el tiempo de sentarme a leer poesía durante horas, pero unos versos de tanto en cuanto tampoco me harán daño. Retomemos viejas costumbres: dejad que la poesía vuelva a mí.