lunes, 30 de noviembre de 2009

Caperucita 2.0

Genial esto que me han mandado al correo. Los cuentos nunca más serán lo que eran...

"Había una vez una niña muy bonita. Le habían dado un ordenador portátil y la muchachita lo llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita 2.0.
Un día, su madre le pidió que llevase una memoria USB a su abuela, que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, ni se distrajera tuiteando, pues cruzar el bosque sin ver Google maps era muy peligroso, ya que siempre andaba acechando por allí el lobo, que tenía el bosque lleno de editoriales y ordenadores con Windows Vista.
Caperucita Roja recogió la mochila digital con la memoria USB y se puso en camino. La niña tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: las wikis, los blogs, Ubuntu, Moodle…
De repente vio al lobo, que era enorme, delante de ella.
—¿A dónde vas, niña? —le preguntó el lobo con su voz ronca y sus derechos de autor.
—A casa de mi abuelita —le dijo Caperucita.
—No está lejos —pensó el lobo para sí, dándose media vuelta.
Caperucita puso su mochila en la hierba y se entretuvo con su teléfono móvil: «El lobo se ha ido -escribió en su Twitter-, no tengo nada que temer. La abuela se pondrá muy contenta cuando le lleve una webcam además de la memoria USB».
Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la abuelita, llamó suavemente a la puerta y la anciana le abrió pensando que era Caperucita. Un bloguero que pasaba por allí había observado la llegada del lobo.
El lobo obligó a la abuelita a comprar una enciclopedia multimedia, y la a leerla encerrada en un pequeño cuarto, en el que, además, tenía que instalar todas las actualizaciones de Windows. Después, se puso una camiseta con el logotipo de Flickr, se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo que esperar mucho, pues Caperucita 2.0 llegó enseguida, toda contenta. La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada.
—Abuelita, abuelita, ¡qué Google Reader más grande tienes!
—Son para leerte mejor —dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela.
—Abuelita, abuelita, ¡qué Skype más grande tienes!
—Son para oírte mejor —siguió diciendo el lobo.
—Abuelita, abuelita, ¡qué copyright más grande tienes!
—Es para…¡comerte mejoooor! —y diciendo esto, el lobo malvado se abalanzó sobre la niñita y la hizo pagar un canon digital, lo mismo que había hecho con la abuelita, y también la encerró.
Mientras tanto, el bloguero, que se había quedado preocupado y creyendo adivinar las malas intenciones del lobo, decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la abuelita. Pidió ayuda a un tuitero y los dos juntos llegaron al lugar. Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en Moodle, dormido de tan harto que estaba.
El bloguero sacó su post y criticó la editorial del lobo. Abrió el pequeño cuartucho y la abuelita y Caperucita 2.0 estaban allí, ¡vivas!, aunque agotadas por las actualizaciones de Windows.
Para castigar al lobo malo, el bloguero le llenó la cabeza de comentarios y le abrió una cuenta en del.icio.us. Cuando el lobo despertó de su pesado sueño, sintió muchísimas ganas de cobrar otro canon y se dirigió a un estanque próximo para beber agua de un trasvase. Confundido, quiso beber en un vídeo de Youtube. Como los comentarios pesaban mucho, terminó sacándose una cuenta en Facebook y se ahogó.
En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron más que un gran susto, pero Caperucita 2.0 había aprendido la lección. Prometió a su abuelita no añadir a sus contactos de Messsenger a ningún desconocido que se encontrara en el camino. De ahora en adelante, seguiría las juiciosas recomendaciones de su abuelita y de su mamá, que compartían en un Google Doc.
Y colorín colorado, este cuento ya ha empezado."

¡Último día!

¡Muy buenos días a todos! Os escribo vía móvil, en esta magnífica, fría y lluviosa última mañana de noviembre, que también va a ser mi última mañana de trabajo en queremostualma.com.

Tengo que decir que me asusta el día que hace, el cielo está de color caca, nunca lo había visto así, y me pregunto si no tendrá algo que ver con mi despedida, en plan "¡Despídete de la mierda!". Pues eso. Y esta noche, cenita con Nuria, Meri Jo, Sabina, las de alemán-portugués, alguna project e invitados sorpresa. A ver si al menos me dejan irme en paz y armonía...

Lo dicho, ¡se acabó!

lunes, 23 de noviembre de 2009

Depresión...

Pues que soy una pesada, y como no tengo vida social, únicamente puedo hablar de mis penas...

Finalmente se han decidido a llamar al técnico hoy. Pues mira qué bien, ya era hora, después de 5 días, casi 6... Salgo del trabajo, me voy a hacer la compra y me llama la secretaria de la academia donde hice portugués para que me pase a las 7 a por los certificados del curso. Estupendo, así me quito una cosa de encima, que me quedan 2 semanas de estar aquí. Salgo del súper y me llega un mensaje. Una de mis compañeras de piso. Que si no me importa estar en casa a las 7, que llega el técnico y a ellas (que son 3) no les da tiempo.

Me he sentado en un bordillo, he dejado las bolsas a un lado y me he tomado un minuto para respirar y para preguntarme: "¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Por qué siempre yo?". Gran dilema: mandarlas a la mierda y que venga otro día el tío o volver a ceder y a hacerme cargo de la situación (mamá está aquí, no os preocupéis). Me ha faltado un segundo de meditación para decirles que no; total, qué más me dan unos días más de agua fría... Pero es que, como encima soy gilipollas, pues les he dicho que bueno, pero que se den prisa que tenía que ir a por los certificados.

Me voy a casa, y espero. Las 18:15. Las 18:30. Las 18:45. Me llama la secretaria otra vez, que si no voy a ir tampoco hoy (que me llamó el viernes también). Le digo que sí, pero que llegaré un poco más tarde. Las 19:00. Las 19:05, y llega una de ellas, atención...¡¡¡¡con la bolsa de la compra!!!! Ni la he mirado a la cara, porque si lo hago, le pego. Y encima me dice que ha venido corriendo y que se ha adelantado a las demás porque sabía que tenía prisa... ¿Y para que vosotras hagáis la compra tengo yo que llegar tarde a una cita?

Me he ido de casa furibunda. He bajado a Oporto andando, a ver si así descargaba energía. He ido a por el certificado. Blablabla. Entre la academia y Saõ Bento me han pedido dinero dos veces. En São Bento me para un tipo a contarme una historia, todo majo y sonriente, que si no quiere dinero, que si es brasileño, que si va a tomarse la medicació a no sé dónde, y yo intentando ser educada. Al final, claro, me pide que le compre un billete de autobús. Le digo que preferiría no hacerlo. Me insulta y se va. Me llaman mis compañeras al móvil. No lo cojo. Casi me pongo a llorar. Voy a coger el metro y uan yonki (porque esta era yonki, yonki, de verdad), me pregunta si la "menina" no podría darle 25 céntimos. Le grito que NO. La gente me mira. Me monto en el metro y me voy. En el tren se me sienta un viejo delante que me mira con cara de salido, con los dientes negros, y me susurra cosas. Me bajo una parada antes y me subo andando. Llegando a mi casa, otro que me viene a pedir. Esta vez ya ni le miro, ni le hablo. Para qué.

Llego a casa, y todo hecho una mierda. No sé qué de que perdón por no haber llegado antes, que si el técnico está arriba, blablablal. Ni he escuchado lo que me han dicho. Me he subido a mi cuarto, me he desahogado con mi almohada y he encendido el ordenador.

Quiero irme de aquí. A este paso, voy a necesitar años de terapia para sobreponerme a esto.

Y todavía me quedan 5 largos días de trabajo, que de eso ya, mejor ni hablo...

domingo, 22 de noviembre de 2009

God bless the calentadores

Cuando creé este blog, mi intención no era estar quejándome continuamente, pero bueno, es lo que hay... Os cuento la última de mi convivencia.

La semana pasada, y más concretamente el miércoles, se rompió el calentador. Sí, sí, roto, aunque al parecer, nadie me creía. Dejé caer varias veces que tal vez habría que llamar a un técnico, que lo de ducharse con gua fría a las 6:45 de la mañana no es muy agradable. Respuesta de mi compi de piso favorita: "¡Agua fría! Ya me ducharé el finde en mi casa cuando vaya a Vigo".

A veces, la violencia está más que justificada.

Llevo 5 días lavándome con agua fría por la mañana y calentando ollas de agua para poder lavarme el pelo. Me he pasado 3 días enferma. Estoy hasta el coño de que nadie mueva un pelo por nada. Mi casa está sucia, todo desorganizado, cosas rotas, deudas acumuladas de hasta 50 euros... y a nadie le importa.

Pues a mí me quedan 15 días de estar aquí, y a Dior pongo por testigo que no moveré un dedo para limpiar nada, sacar basuras, llamar a técnicos o comprar gas. Así me tenga que ir a un hotel a dormir y a un restaurante a cenar todas las noches. Que esto ya manda cojones...

En fin, Alemanita, tú enciende velitas, respira hondo y di: "Ooooooooommmmmmmm"....

jueves, 12 de noviembre de 2009

Mal, todo muy mal

Pues sí, y es que cada día soporto menos a la gente. De verdad, esto se me está haciendo muuuuy cuesta arriba, y sobre todo ahora que ya se han ido David, Nuria y Marta, en ese orden. La semana que viene se me va también la Eli, y en la empresa sólo me va a quedar Pedrito y algunas niñas como Martita, de portugués, y mis dos gestoras, Sabina y Sofía, que mira que son mis "jefas", pero me llevo mucho mejor con ellas que con mis propias compañeras de piso. Y es que cada vez llevo esto peor. Me da igual que lo lean, me da igual que lo sepan, me importa un carajo: estoy cansada de que la gente se tome esto como si fuera una Erasmus loca en un país extranjero, porque es de todo menos eso. Estoy cansada de llevar responsabilidades que no me pertenecen, de ejercer del papel de madre para algunas cosas en las que creo que no debería hacerlo, de intentar a pesar de todo ser cordial y amable para con la gente que me rodea y de que, encima de todo, quede como egoísta y malvada. Estoy muuuuy cansada.

Después de la cena de hoy (¡gracias por el regalo, bichito!), y de las conversaciones mantenidas, me he enterado de que todo esto que yo pensaba que era secreto y que no se me notaba parece ser que me sale por los poros de la piel, porque toda la gente se ha dado cuenta de todo y esto es cada vez más insostenible. Quiero irme, salir de esta casa y de esta empresa. Que se metan el cuarto de los huevos por donde les quepa. Que cuando se les atasquen las cañerías lo paguen ellos. Que cuando tengan que desatacar wáteres y lavabos se llenen de mierda ellos. Que cuando se queden sin gas suban a la azotea en bragas ellos, y que si se acaba la bombona y no se llama al butanero, sean ellos los que se duchen con agua fría. Que cuando entre un proyecto muy grande y no de tiempo de hacerlo, que hagan horas extra ellos. Que cuando alguien necesite ayuda o no entienda algo, o no sepa por qué esta función hace esto o lo otro, que se busquen la vida ellos. Que todo eso y mucho más lo hagan ellos. Y que además, disfruten haciéndolo, porque la verdad es que es muy bonito. Eso sí, que no les toque estar nunca en mi lugar, que no se sientan de sobra, echados, odiados ni fuera de lugar. Que se sientan muy bien y tengan muchos amigos.

Yo no quiero nada de esto. Quiero seguir adelante con mi vida, rodearme de la gente que no piensa eso de mí y, sobre todo, demostrarme a mí misma que yo tenía razón y ellos estaban equivocados.

Es que, a veces, hasta eso se me olvida.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Vídeos del concierto

He hecho una búsqueda rápida en el Youtube para ver alguno de los cientos de vídeos que se grabaron anoche. Aquí os dejo algunos de los mejores, teniendo en cuenta que están hechos desde abajo y por los propios fans. Apreciad las pirotecnias de "Du hast", porque en vivo fueron la polla.


Intro - Rammlied (y un enlace al playlist)



Du Hast



Feuer Frei



Wiener Blut (una de mis favoritas del disco, por la letra, of cúrs)



Engel

RAMM-STEIN

"Wer wartet mit Besonnenheit
der wird belohnt zur rechten Zeit
Nun das Warten hat ein Ende
Leiht euer Ohr einer Legende"

RAMM-STEIN!!

Con estas palabras, dio inicio el concierto de Rammstein de ayer. Mucho se ha dicho y mucho he leído: que si faltaba esto, que si sobraba lo otro, que si patatín y patatán... El concierto fue, simplemente, increíble: fuegos artificales, lanzallamas, tiíllos ardiendo por el escenario, un cañçon de espuma con forma de pene, confetis con los colores de la bandera alemana, escenarios móviles, teatro, muñecos explosivos, hachas y mil cosas más...

Aquí os dejo un reportaje de la revista portuguesa Blitz, con algunas fotos del concierto.

Sobre el finde en Lisboa, pues estuvo muy bien, aunque no fue por falta de mala suerte, que desde luego, parece que nos haya "mirao un tuerto", con todo mi respeto hacia los tuertos. El hotel fue un timo, el viaje en tren, insoportable (gracias a unos maleducados niñitos de papá de 30 años a los que tendrían que haberles cortado sus partes pudientes e insertárselas en sus respectivos rectos), el tiempo, lluvioso y frío, y la vuelta al trabajo, horrible.

Respecto a esto último decir que cada día que paso en la oficina es una tortura, que Nuria se fue la semana pasada y la echamos infinitamente de menos, que Marta se va este miércoles y Eli la semana que viene, y que me voy a pasar 2 semanas aquí solita con el clan gallego chupi guay. Lo siento, pero estoy cansada de que la gente se tome los trabajos y la convivencia como la primera Erasmus de tu vida. Considero que a los 26 años hay ciertas cosas que no debería ser necesario decir, y ya estoy cansada, muy cansada, de ejercer de madre.

En fin, que acabo de hablar con mis padres y, con suerte, vienen a por mí el puente del 5/6/7 de diciembre. Eso si no me voy yo antes, que ganas no me faltan. Para colmo, hoy hemos tenido reunión con el jefe y, además de pedir que reconsiderásemos la idea de irnos (la carta de dimisión lleva más de una semana en su mesa), está convencido de que me voy por capricho y que cuando se me pase el enfaod voy a volver. La virgen, qué tío...

Y poco más. Que no veo el momento de volver a mi casa, aunque sean unas semanas, y volver a llevar una vida normal, perder todos los kilos que he cogido y recuperar mi estado de ánimo.

Que digo yo, que ya toca ser un poquito más feliz.