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miércoles, 7 de mayo de 2014

El turquito de los Snickers

Cuando llegué al piso de mi hermana, lo primero de lo que me advirtieron fue de que intentara no hacer mucho ruido en el suelo porque el vecino de abajo, un señor turquito raro que vive con su señora turquita que jamás sale de casa, solía subir a quejarse en cuanto alguien pisaba una tabla del suelo con más fuerza de la cuenta. Me contaron un par de anécdotas, flipé un poco y decidí que el señor turquito era francamente raro y un poco malvado.

Una de las primeras cosas que me llamó la atención de este señor es que su señora siempre dejaba los zapatos fuera de casa. Digo su señora porque los zapatos eran diminutos, dignos del pie de Cenicienta, hasta que un día se lo comenté a mi hermana y, después de reírse un rato, me dijo que el de los pies enanos era él. Unos días después me lo encontré por la escalera y, efectivamente, los llevaba puestos.

El caso es que, de repente, empecé a encontrármelo casi cada vez que salía o entraba del edificio, y mira que yo no soy muy de salir. Finalmente, ayer me lo encontré como unas tres veces, la última de ellas cuando ambos volvíamos a casa cansados y hastiados de la vida. Le abrí la puerta muy amablemente y le dejé pasar primero, que como además está medio cojo le cuesta un poco andar. Comenzamos a subir las escaleras y, al llegar a un rellano, de repente se para en mitad, mete la mano en una bolsa, saca un Snicker y me lo da mientras me sonríe y me dice en alemán: "que tengas una buena noche". A mí la tontería me hizo mucha ilusión porque todos los que habéis vivido en Alemania sabéis lo difícil que es crear el más mínimo lazo con un vecino, pero mira, ahí estaba, el señor turco malvado de los pies enanos regalándome una chocolatina por saludarlo con una sonrisa siempre que lo veo y por haberle abierto la puerta.

Cuando llegué a mi piso y lo conté, fliparon: que si el turco me quiere dar trastrás, que si es por las curvas, que si no sé qué... Sea por lo que sea, yo me voy un poco más contenta pensando que aún hay esperanza para la humanidad y que, a veces, una sonrisa te abre las puertas más inesperadas.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Reaching the limit

Acabo de vivir un momento tan "teenager film"...

Mi padre (que se supone que estaba trabajando y que hasta las 3 y pico de la tarde no llega), acaba de irrumpir en mi cuarto, mirando a todos lados, para decirme: "¿qué haces?". Quería sorprenderme haciendo vete-tú-a-saber-qué, porque cuando me quedo en casa por las mañanas hago de todo menos trabajar. No tengo muy claro lo que piensa sobre cómo invierto el tiempo, pero seguro que en su cabeza mi habitación es un picadero donde me despierto a las 1 de la tarde y todos los días traigo a 3 maromos. Es increíble...

En fin... A ver si tengo suerte y la empresita ésta que se ha puesto en contacto conmigo me contrata en plantilla. Un sueldo fijo es justo lo que necesito para irme de casa YA. Es lo mejor y más necesario para todos, antes de que alcancemos límites que no nos gusten.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Hipercontrol

No falla.

Es entrar a la cocina a la mayor nimiedad y ya tengo detrás a mi "controlador" personal: "¿Vas a comer? ¿Qué vas a comer? ¿Te vas a hacer un té? ¿Y de qué? ¿Y vas a cenar? ¿Y qué te vas a hacer? ¿Eso le vas a poner?" Así no se puede descansar ni 5 minutos de ordenador...

Esto es EL HORROR.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Depresión...

Pues que soy una pesada, y como no tengo vida social, únicamente puedo hablar de mis penas...

Finalmente se han decidido a llamar al técnico hoy. Pues mira qué bien, ya era hora, después de 5 días, casi 6... Salgo del trabajo, me voy a hacer la compra y me llama la secretaria de la academia donde hice portugués para que me pase a las 7 a por los certificados del curso. Estupendo, así me quito una cosa de encima, que me quedan 2 semanas de estar aquí. Salgo del súper y me llega un mensaje. Una de mis compañeras de piso. Que si no me importa estar en casa a las 7, que llega el técnico y a ellas (que son 3) no les da tiempo.

Me he sentado en un bordillo, he dejado las bolsas a un lado y me he tomado un minuto para respirar y para preguntarme: "¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Por qué siempre yo?". Gran dilema: mandarlas a la mierda y que venga otro día el tío o volver a ceder y a hacerme cargo de la situación (mamá está aquí, no os preocupéis). Me ha faltado un segundo de meditación para decirles que no; total, qué más me dan unos días más de agua fría... Pero es que, como encima soy gilipollas, pues les he dicho que bueno, pero que se den prisa que tenía que ir a por los certificados.

Me voy a casa, y espero. Las 18:15. Las 18:30. Las 18:45. Me llama la secretaria otra vez, que si no voy a ir tampoco hoy (que me llamó el viernes también). Le digo que sí, pero que llegaré un poco más tarde. Las 19:00. Las 19:05, y llega una de ellas, atención...¡¡¡¡con la bolsa de la compra!!!! Ni la he mirado a la cara, porque si lo hago, le pego. Y encima me dice que ha venido corriendo y que se ha adelantado a las demás porque sabía que tenía prisa... ¿Y para que vosotras hagáis la compra tengo yo que llegar tarde a una cita?

Me he ido de casa furibunda. He bajado a Oporto andando, a ver si así descargaba energía. He ido a por el certificado. Blablabla. Entre la academia y Saõ Bento me han pedido dinero dos veces. En São Bento me para un tipo a contarme una historia, todo majo y sonriente, que si no quiere dinero, que si es brasileño, que si va a tomarse la medicació a no sé dónde, y yo intentando ser educada. Al final, claro, me pide que le compre un billete de autobús. Le digo que preferiría no hacerlo. Me insulta y se va. Me llaman mis compañeras al móvil. No lo cojo. Casi me pongo a llorar. Voy a coger el metro y uan yonki (porque esta era yonki, yonki, de verdad), me pregunta si la "menina" no podría darle 25 céntimos. Le grito que NO. La gente me mira. Me monto en el metro y me voy. En el tren se me sienta un viejo delante que me mira con cara de salido, con los dientes negros, y me susurra cosas. Me bajo una parada antes y me subo andando. Llegando a mi casa, otro que me viene a pedir. Esta vez ya ni le miro, ni le hablo. Para qué.

Llego a casa, y todo hecho una mierda. No sé qué de que perdón por no haber llegado antes, que si el técnico está arriba, blablablal. Ni he escuchado lo que me han dicho. Me he subido a mi cuarto, me he desahogado con mi almohada y he encendido el ordenador.

Quiero irme de aquí. A este paso, voy a necesitar años de terapia para sobreponerme a esto.

Y todavía me quedan 5 largos días de trabajo, que de eso ya, mejor ni hablo...

domingo, 22 de noviembre de 2009

God bless the calentadores

Cuando creé este blog, mi intención no era estar quejándome continuamente, pero bueno, es lo que hay... Os cuento la última de mi convivencia.

La semana pasada, y más concretamente el miércoles, se rompió el calentador. Sí, sí, roto, aunque al parecer, nadie me creía. Dejé caer varias veces que tal vez habría que llamar a un técnico, que lo de ducharse con gua fría a las 6:45 de la mañana no es muy agradable. Respuesta de mi compi de piso favorita: "¡Agua fría! Ya me ducharé el finde en mi casa cuando vaya a Vigo".

A veces, la violencia está más que justificada.

Llevo 5 días lavándome con agua fría por la mañana y calentando ollas de agua para poder lavarme el pelo. Me he pasado 3 días enferma. Estoy hasta el coño de que nadie mueva un pelo por nada. Mi casa está sucia, todo desorganizado, cosas rotas, deudas acumuladas de hasta 50 euros... y a nadie le importa.

Pues a mí me quedan 15 días de estar aquí, y a Dior pongo por testigo que no moveré un dedo para limpiar nada, sacar basuras, llamar a técnicos o comprar gas. Así me tenga que ir a un hotel a dormir y a un restaurante a cenar todas las noches. Que esto ya manda cojones...

En fin, Alemanita, tú enciende velitas, respira hondo y di: "Ooooooooommmmmmmm"....

jueves, 12 de noviembre de 2009

Mal, todo muy mal

Pues sí, y es que cada día soporto menos a la gente. De verdad, esto se me está haciendo muuuuy cuesta arriba, y sobre todo ahora que ya se han ido David, Nuria y Marta, en ese orden. La semana que viene se me va también la Eli, y en la empresa sólo me va a quedar Pedrito y algunas niñas como Martita, de portugués, y mis dos gestoras, Sabina y Sofía, que mira que son mis "jefas", pero me llevo mucho mejor con ellas que con mis propias compañeras de piso. Y es que cada vez llevo esto peor. Me da igual que lo lean, me da igual que lo sepan, me importa un carajo: estoy cansada de que la gente se tome esto como si fuera una Erasmus loca en un país extranjero, porque es de todo menos eso. Estoy cansada de llevar responsabilidades que no me pertenecen, de ejercer del papel de madre para algunas cosas en las que creo que no debería hacerlo, de intentar a pesar de todo ser cordial y amable para con la gente que me rodea y de que, encima de todo, quede como egoísta y malvada. Estoy muuuuy cansada.

Después de la cena de hoy (¡gracias por el regalo, bichito!), y de las conversaciones mantenidas, me he enterado de que todo esto que yo pensaba que era secreto y que no se me notaba parece ser que me sale por los poros de la piel, porque toda la gente se ha dado cuenta de todo y esto es cada vez más insostenible. Quiero irme, salir de esta casa y de esta empresa. Que se metan el cuarto de los huevos por donde les quepa. Que cuando se les atasquen las cañerías lo paguen ellos. Que cuando tengan que desatacar wáteres y lavabos se llenen de mierda ellos. Que cuando se queden sin gas suban a la azotea en bragas ellos, y que si se acaba la bombona y no se llama al butanero, sean ellos los que se duchen con agua fría. Que cuando entre un proyecto muy grande y no de tiempo de hacerlo, que hagan horas extra ellos. Que cuando alguien necesite ayuda o no entienda algo, o no sepa por qué esta función hace esto o lo otro, que se busquen la vida ellos. Que todo eso y mucho más lo hagan ellos. Y que además, disfruten haciéndolo, porque la verdad es que es muy bonito. Eso sí, que no les toque estar nunca en mi lugar, que no se sientan de sobra, echados, odiados ni fuera de lugar. Que se sientan muy bien y tengan muchos amigos.

Yo no quiero nada de esto. Quiero seguir adelante con mi vida, rodearme de la gente que no piensa eso de mí y, sobre todo, demostrarme a mí misma que yo tenía razón y ellos estaban equivocados.

Es que, a veces, hasta eso se me olvida.

lunes, 9 de noviembre de 2009

RAMM-STEIN

"Wer wartet mit Besonnenheit
der wird belohnt zur rechten Zeit
Nun das Warten hat ein Ende
Leiht euer Ohr einer Legende"

RAMM-STEIN!!

Con estas palabras, dio inicio el concierto de Rammstein de ayer. Mucho se ha dicho y mucho he leído: que si faltaba esto, que si sobraba lo otro, que si patatín y patatán... El concierto fue, simplemente, increíble: fuegos artificales, lanzallamas, tiíllos ardiendo por el escenario, un cañçon de espuma con forma de pene, confetis con los colores de la bandera alemana, escenarios móviles, teatro, muñecos explosivos, hachas y mil cosas más...

Aquí os dejo un reportaje de la revista portuguesa Blitz, con algunas fotos del concierto.

Sobre el finde en Lisboa, pues estuvo muy bien, aunque no fue por falta de mala suerte, que desde luego, parece que nos haya "mirao un tuerto", con todo mi respeto hacia los tuertos. El hotel fue un timo, el viaje en tren, insoportable (gracias a unos maleducados niñitos de papá de 30 años a los que tendrían que haberles cortado sus partes pudientes e insertárselas en sus respectivos rectos), el tiempo, lluvioso y frío, y la vuelta al trabajo, horrible.

Respecto a esto último decir que cada día que paso en la oficina es una tortura, que Nuria se fue la semana pasada y la echamos infinitamente de menos, que Marta se va este miércoles y Eli la semana que viene, y que me voy a pasar 2 semanas aquí solita con el clan gallego chupi guay. Lo siento, pero estoy cansada de que la gente se tome los trabajos y la convivencia como la primera Erasmus de tu vida. Considero que a los 26 años hay ciertas cosas que no debería ser necesario decir, y ya estoy cansada, muy cansada, de ejercer de madre.

En fin, que acabo de hablar con mis padres y, con suerte, vienen a por mí el puente del 5/6/7 de diciembre. Eso si no me voy yo antes, que ganas no me faltan. Para colmo, hoy hemos tenido reunión con el jefe y, además de pedir que reconsiderásemos la idea de irnos (la carta de dimisión lleva más de una semana en su mesa), está convencido de que me voy por capricho y que cuando se me pase el enfaod voy a volver. La virgen, qué tío...

Y poco más. Que no veo el momento de volver a mi casa, aunque sean unas semanas, y volver a llevar una vida normal, perder todos los kilos que he cogido y recuperar mi estado de ánimo.

Que digo yo, que ya toca ser un poquito más feliz.

lunes, 13 de julio de 2009

Suspiro

Tiritas y restos de comida en el fregadero, la vajilla y la cubertería sucias en los armarios y cajones, tener que recoger la ropa del tendedero incluso habiendo avisado de que voy a tender...

La convivencia no es para mí. No puedo. Quiero un sueldo fijo que me permita vivir sola y pagar un alquiler a principios de mes. ¿Es mucho pedir?

martes, 12 de mayo de 2009

Normas de la casa

He decido que este fin de semana voy a redactar unas nuevas normas para la casa, y como necesito madurarlas antes de exponerlas, lo haré aquí. Será un panfleto que diga más o menos lo siguiente:

- Los desperdicios que queden en el fregadero después de fregar (y que se deberían haber tirado ANTES de meter la vajilla en el fregadero), se cogen con los deditos y se tiran a la basura. Si no, se atascan las cañerías, y a mí también me da asco hacerlo, pero lo hago.

- El estropajo del fregadero tiene que estar FUERA del fregadero; de lo contrario, estará siempre húmedo y sucio y acabará oliendo mal en dos semanas.

- Lo mismo con la bayeta del fregadero.

- Las botellas, en general, se cierran BIEN. Aplíquese especialmente a la del agua.

- La botella del agua se deja en el suelo, porque ocupa mucho espacio.

- Si sólo tenemos UNA sartén y UNA olla, hay que fregarlas justo después de usarlas, para que el siguiente que quiera cocinar pueda hacerlo. No se puede dejar comida dentro de ellas 3 días.

- Si se cae algo al suelo de la cocina, lo recoges con los deditos. No se dejan los desperdicios una semana esperando a que alguien los barra.

- Si se derrama algo, se limpia, y no se espera uno a que salgan manchas negras.

- Si durante el desayuno caen miguitas a la mesa, se limpian. Al menos, una vez cada 3 días...

- NO se mete la ropa en la lavadora para coger turno y se esperan dos y hasta tres días para ponerla. Todas tenemos ropa que lavar.

- La cisterna está para usarla.

En fin, esto es sólo un borrón. Es que hay cosas que ya me aburre tener que repetirlas, y otras, que me parecen de sentido común, me aburre tener que verlas todos los días. Yo espero, espero y espero, pero si la gente no se da cuenta...pues habrá que hacer que se den cuenta. Aunque tampoco creo que sean normas "incumplibles", ¿o sí?

martes, 14 de abril de 2009

Mon is back

Creo que no llegué a hablar con claridad del "caso Montse". Para el que no lo sepa, Montse es una compañera de trabajo (también alemán-español) y de piso; lleva aquí desde agosto, y probablemente, por su carácter, sea a la que más le está costando adaptarse. Pero una cosa es llevarlo mal, y otra muy distinta es ser irresponsable.

La semana pasada, el domingo, volvió a casa como todos los fines de semana (se va los viernes con Vane a Vigo y vuelve el domingo por la noche). No llegué a verla porque no bajé a cenar, pero a la mañana siguiente me la encontré cuando salí de la ducha, le di los buenos días, le comenté que su nuevo pelado estaba muy chulo, que me gustaba mucho, y ella me decía que no, que era horrible, blabla. Conversación de las 7:10 de la mañana.

Pues nada, me visto, desayuno, bajo a la calle, me monto en el coche, se montan Alba y Vane, arrancamos y nos vamos. De repente le pregunto a Vane: "oye, ¿y Montse?", en plan "cariño, nos hemos olvidado a una niña", y de la respuesta que oí sólo saqué en claro la palabra "médico". Pues no sé, le habría pasado algo...

Naturalmente fue una jodienda porque justo ese día había una cantidad de trabajo casi inabarcable en el servidor, pero bueno, no pasa nada, se ajusta una las bragas y se pone manos a la obra. En el trabajo, nadie sabe nada, ni de si vendrá a media mañana, si no, si llamará, si no... Yo un poco cabreada (vale, mucho), pero es mi "modo estrés".

A media mañana llegó, entró y subió a secretaría sin decirnos ni hola, y al rato bajó. Dijo "hola", le respondimos, le preguntamos que qué le había pasado, y su respuesta fue que "se había pedido una baja de 8 días y que se iba". Que estaba muy mal. Se le saltaron las lágrimas, nos quedamos callados, Nuria le habló de los señores inspectores que a veces iban a casa de los que están de baja para comprobar que realmente lo están, etc, y dijo que no se iba a quedar aquí.

Y se fue.

¿Alguien sabe cuál fue el motivo? Porque yo aún no me he enterado.

Esa tarde, claro está, horas extra y mucha incertidumbre. Me devané los sesos pensando en qué le podría haber pasado entre las 7:10 de la mañana y las 8 para que le dieran una baja de 8 días.

Horas después, hablando con Vane, me decía que el domingo, en el viaje de vuelta, había estado comentando que no se encontraba a gusto, que estaba muy mal, que se iba a pedir la baja, etc. O sea, que ya sabía lo que iba a hacer. Entonces, vamos a ver, ¿me ves por la mañana, que vivo y trabajo contigo, y no me dices nada de lo que piensas hacer? Yo entiendo que cuando te sientes mal no te das cuenta de muchas cosas, que sólo puedes pensar en lo que te atormenta, y que las depresiones son una cosa muy seria y que hay que tener cuidado y todo lo que tú quieras, pero alma de cántaro: no puedes desaparecer de la noche a la mañana sin decirle nada a nadie, ni siquiera a tu jefa directa, dejando a la gente colgada con el trabajo (que al fin y al cabo es lo de menos porque lo que se puede se hace y lo que no, pues no) y a todo el mundo preocupado. Porque esa es otra, vayáis a pensar que respondió alguno de los mensajes que le enviamos, qué va... Y además, si estás mal, te coges vacaciones como todo quisqui, y no una baja, que parece que es la nueva moda ahora.

Pues hoy se suponía que era el día de la incorporación. Ha aparecido esta mañana en taxi directamente en la empresa, con la maleta y todo, ha entrado, se ha sentado, le hemos preguntado con toda la delicadeza que qué tal, y lo único que hemos obtenido es "mal", "esto es una puta mierda", y ladridos por el estilo.

Si a eso le sumamos el hecho de que tiene un montón de fallos en las traducciones y que a la que llaman para corregirlos es a mí, y otras cosas por el estilo, como comprenderéis, no es que me apasione la situación. Si no estás a gusto con el trabajo, déjalo, pero así no se puede estar, porque ni tú estás bien ni los demás tampoco. Y si te pasa algo, joder, ¡dilo! Ya he dicho muchas veces que vivir con la gente con la que trabajas es muy delicado, y que hay que tener mucho cuidado con ese equilibrio, porque si se rompe, las vas a pasar putas tanto en casa como en la oficina, y eso sí que no.

Pues ea, otra preocupación más. Si total...

martes, 27 de enero de 2009

Sin comentarios

En este momento estoy tan indignada con el mundo que prefiero no escribir sobre ello, vayamos a que hiera sensibilidades...

miércoles, 22 de octubre de 2008

Ermitaña en potencia

Alemanita está en un estado semi-crítico en lo que a la convivencia se refiere...

A ver, no quiero ser mala ni lo voy a ser, las cosas como son; las nenas del piso son todas súper majas, me lo paso muy bien con ellas y en general les tengo mucho cariño. Pero tampoco voy a mentir diciendo que todo es color de rosa porque no lo es, porque la gente tiene tela de jeta, porque yo soy un poco tonta a la hora de decir que no y porque estoy empezando a estar hasta la polla de todo lo que tenga que ver con la convivencia.

En resumen: quiero ser ermitaña.

Quiero vivir sola, sin nadie que limpie nada, pero que tampoco ensucie, sin nadie que me tire la basura, pero que tampoco la genere, sin nadie que firme nada por mí, pero tampoco que me lo exija...En definitiva, seguir viviendo como hasta ahora (limpiando, tirando la basura y firmando cosas que me tocan las pelotas porque somos 4 en el piso y la excusa de que algunas llevan más tiempo y se van antes me la pela, porque la diferencia es de un mes), pero sin nadie que me dé quebraderos de cabeza.

Del vikingo ya hablaré otro día...Así, en general, para satisfacer la curiosidad de algunos, decir que se ha cortado un cacho de melena (por lo que es un cacho menos atractivo que antes), que está tela de raro desde hace unos días y algunos mantenemos la teoría de que la novia lo ha dejado y no quiere decirlo, que entro en modo relativamente tierno cuando me despierto con él pero el resto del tiempo me la pela bastante lo que haga, porque, al fin y al cabo, no me deja otra opción, y que bueno, que lo que dure duró, y que cuando se acabe...¡Viva yo y lo que me he llevao!

Ah, y que estaré de vacaciones por casa entre el 22 de diciembre y el 5 de enero, aprox, "gracias" a las "compañeras" que "respetan" lo estipulado en el contrato...

Quiero ser ermitaña ya.