El jueves por la mañana me llamaron por teléfono para darme una horrible noticia: Cristina, una amiga del instituto y del grupo de chicas con el que salía antes a veces, había tenido un accidente de tráfico mortal el día anterior mientras iba al trabajo. Al principio no me lo podía creer y llamé a un par de amigos para confirmarlo, y la respuesta fue rotunda; de hecho, venían del entierro. Me contaban lo mal que estaban mis amigas, lo mucho que les había afectado a todos y lo asquerosa que es la vida. De hecho, la noticia de su accidente aparecía en varios diarios online de Jaén (daba clases en un pueblo de allí).
Es increíble lo rápido que puede cambiar tu vida y la de los demás. Se me hace tan raro pensar que no voy a volver a verla en el Zeppelin, hablándome de lo contenta que está en su trabajo y viéndola reir...Una de las últimas veecs que la vi se pasó un ratazo intentando convencerme de que hacer el CAP no era tan malo como yo lo veía, que no fuera tonta, que es un buen trabajo y que tal y cual. Por aquel entonces daba clase en Córdoba, si mal no recuerdo.
Y ahora, ya no está.
Ya es el tercer entierro desde Navidad.
3 comentarios:
pues si... la vida da giros inesperados.. por eso, hay que ser feliz y aprovexarla al máximo, sin dejar que tonterías nos la amarguen.. un saludo y animo!!
mi mas sentido pesame alemanita..
de corazon, un abrazo que atraviese el charco.
El discípulo estaba ocupado mezclando diferentes tipos de yerbas.
-¿Para qué mezclás la yerba? -preguntó el maestro.
-Porque no quiero acostumbrarme al gusto de ninguna -respondió el discípulo.
-¿Y cómo vas a hacer para no acostumbrarte al gusto de la mezcla?
El discípulo se iluminó.
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