sábado, 29 de agosto de 2009

Tras un mes...

Anoche me llamó la dulce Anita, muy preocupada, porque decía que llevo más de un mes sin actualizar el blog y sin dar grandes señales de vida (eso lo he añadido yo). Tal y como le dije, desde que volví de Alemania han pasado tantas cosas que me ha sido imposible sentarme y contároslas, porque para cuando quería hablar de una, ya habían pasado tres más.

Como algunos ya imaginaréis, todo esto ha sido obra de mi amadísima empresa. Dado que no puedo contar con detalles todos los procesos que han derivado en ciertos hechos (básicamente porque la mayoría han sido fruto de la locura transitoria de mis jefes), os dejo una escueta lista en orden cronológico de las últimas grandes decisiones:

1. Vuelvo de Alemania y me encuentro con un nuevo compañero de piso portugués del que NADIE me ha dicho nada. Mi casa ahora es un hogar de acogida.

2. Al día siguiente, me dice una compañera (portuguesa) que se viene a vivir a mi casa, si no me importa, mientras espera a que le llegue el visado para irse a Brasil a trabajar en la filial de mi empresa allí. No tengo poder de decisión, así que sí.

3. Se suprime la celebración de cumpleaños en horario laboral. Quien quiera comer tarta, tendrá que esperar a las 17.30 para hacerlo. Casualidades de la vida, justo ese día celebraba yo el mío. Me siento orgullosa de decir que, a pesar de que hubo que celebrarlo a las 17.30, muchísima gente se quedó a cantarme, aplaudirme y darme besos. Después de eso, todos nos borramos de la lista de cumpleaños. Creo que mi cumple ha sido el último en celebrarse en la Jaba.

4. Nos cortan la luz en casa por falta de pago. Parece ser que a mis jefes se la pela eso de las facturas, porque ya es la 4ª (cuarta, CUARTA) vez que en alguna de las dos casas cortan el agua o la luz. Nuestro vecino tiene la deferencia de pasar un cable de su casa a la nuestra para darnos electricidad. A la mañana siguiente, cuando fui a quejarme al borde de la histeria, todos mis compañeros estaban de lo más dócil y manso. Ojalá no nos hubieran pasado ese cable para que se cabrearan igual que yo.

5. Los jefes se han ido de vacaciones, y a 8 de agosto aún había gente que no había cobrado lo que les debían de junio. Por supuesto, de cobrar julio ni hablamos.

6. El hijo del jefe empieza a hacer prácticas en la empresa. Va a estar 15 días, que se ha pasado yendo de la cocina a tomar a café a la puerta a fumarse unos cigarrillos. La criatura, de 18 años, se ve que le tiene fobia a los autobuses y a caminar, ya que venía y se iba todos los días en taxi. ¿Adivináis quién pagaba los taxis? Pues el sueldo de julio que, a medidados de agosto, seguimos sin recibir. Y se dice, se comenta, se rumorea, que ya que las prácticas del cachorrillo no van a ser pagadas, sus papis han decicido recompensarlo comprándole un coche. ¿Qué fue de aquello de ahorrar para saber cuál es el valor real de las cosas? Por supuesto, ese regalo se pagará con los sueldos que nos seguirán debiendo en el futuro.

7. Bloqueo de páginas Web. Esto cada vez se parece más a una dictadura. Además, bloquear páginas en una empresa de traducción es algo muy, pero que muy inteligente. Tan a punto me llegó una traducción de campos de fútbol portátiles para la que no había forma de documentarse porque todo lo que tuviese que ver con fútbol estaba bloqueado.

8. Vuelven a amenazar con bloquear ProZ (de hecho, lo hicieron durante mis vacaciones) porque un freelance se ha quejado en uno de los foros de que la Jaba no le ha pagado lo que le debe por los trabajos que les hace. Desde luego, mira que decir que la empresa no paga...Qué cosas.

9. Entrando en la recta final de agosto, seguimos sin cobrar julio. Marta cobró junio a mediados de agosto. Eso sí, los jefes de vacaciones, que están muy estresados.

10. Entra EL PROYECTO de inglés-portugués. No sé ni cuántas palabras son, pero la fecha de entrega final es en octubre o por ahí y no van a conseguir entregar ni la mitad. Eso sí, han contratado traductores temporales, los fijos hacen horas extra todos los días, incluyendo todos los fines de semana desde hace dos y hasta octubre. Les han inculcado que "van a salvar la empresa". Y una mierda. La empresa ha firmado un contrato para este trabajo, con lo que, si no lo entregan a tiempo, lo más probable es que los demanden. No les van a pagar las horas extra (total, después de dos años sin pagarlas, ya es más cómodo así), pero los pobres y ciegos traductores no lo ven, y muchos de ellos siguen besando el suelo por el que el jefe pasa.

11. Finalmente, cobramos julio a finales de agosto. Los jefes han pedido un préstamo a otro banco, que no sé cómo van a pagar, y con el que lo único que consiguen es tapar un agujero con otro. A propósito, que el jefe se ha construido una piscina en su casa más grande que la sala del departamento de español, naturalmente, con el dinero de nuestros sueldos. Pero pobretico, tendrá que refrescarse en verano, qué lástima de él. Además, que anda invitando a mucha gente a que vayan a visitarlo, y la verdad es que deberíamos ir, que para eso la hemos pagado nosotros.


En fin, que podría seguir aquí hasta mañana. Me dejo cosas en el tintero porque no quiero acabar vomitando. Hemos decidido que, como mucho, en noviembre nos vamos. Aún quedan varios cabos por atar, y yo estoy decidida a no irme de aquí con mal sabor de boca. Dado que ahora me la pela todo bastante, voy a aprovechar estos meses para intentar encontrar la parte positiva de este sitio.

Parece que la depresión ha pasado.

1 comentario:

oculta dijo...

....¡¡¡¡ya era hora petarrrrrrrrrrda!!!!!!!!!....