martes, 27 de octubre de 2009

Cómo joderle la vida a un informático, parte 1

Ahora que el departamento de IT se ha desmembrado y que tenemos jefe de informática nuevo, esto es un desastre. De la misma forma que nunca pondría a Ánsar al frente de un curso de inglés, tampoco pondría a un guaperas trepador al frente de un departamento de informática. Es una pena tener que hablar así de la gente, pero ya me da igual.

Este chico tiene un problema, y es que quiere ser incluido entre los mejores amigos del jefe jefazo; y para conseguir ese objetivo no le importa hacer lo que sea, y esto es, pasar por encima de su jefe de departamento cuando lo tenía, joder a sus compañeros de departamento cuando los tenía, y ahora joder a los parias de los traductores, que de esos sí que hay. No solo no se limitó a bloquear todas las páginas de la red que pudiesen "interferir" mínimamente en esta explotadora actividad que ejercemos día a día, sino que ahora se dedica a venir a hurtadillas los fines de semana, con la esperanza de que le paguen eso como horas extra, a quitarles el sitio a los demás. Sí sí, como en el cole. Así fue cómo el pasado lunes llegué toda contenta a la ofi cantando el YMCA, a las 8.30 de la mañana, y cuál no fue mi sorpresa al descubrir que MI sitio había dejado de ser MÍO para pertenecer al usurpador. Lo siento, soy una persona extremadamente territorial, y me toca los huevos que desmonten mi ordenador y mi puesto de trabajo ya no solo sin pedir permiso, sino sin ni siquiera comentarlo, para poner él sus dos magníficas pantallas de "mira qué importante soy y cuántas cosas manejo aunque en realidad me pase el día en el Facebook y mirando cómo se refleja mi sonrisa en la pantalla". Indignante. Pues yo cogí y le desconecté un cable, ea.

Por desgracia, cuando llegó, después de andar un rato dándole vueltas a por qué no se encendía su ordenador, y yo disimulando como podía, se dio cuenta de que había un "cablecillo" suelto, ¿y a quién le tocó enchufárselo porque el pobre no llegaba? Pues sí, a la saboteadora. Me tuve que tragar mi orgullo y hacerlo. Lástima...

Pero hoy ha sido un gran día. Han venido los otros dos chicos que trabajaban en ese departamento, Ricardo y Paulo, que ahora vienen solo cuando les sale de los huevos para llevar el mantenimiento de los servidores, y cuando nuestra adorable jefa les contó lo sucedido, les hizo tanta gracia que se levantaron y volvieron a cambiar el ordenador del usurpador de sitio y sin decirle nada. Luego se fueron a la hora de comer, y cuando este chico volvió y se encontró sin ordenador...¡no os imagináis el cabreo que llevaba, jajajaja! No paraba de mascullar entre dientes y preguntarle a todo el mundo que quién había sido, y todos diciendo "ah, pues yo no sé, no no sé nada". Yo mientras traducía con cara de mala leche porque si me hubiese desconcentrado un solo segundo, habría soltado una carcajada tremenda.

Lamentablemente, después todo volvió a la normalidad. Yo me he quedado sin sitio, él ha recuperado su ordenador, mi orgullo está tremendamente herido y solo pienso en pequeñas putadas que gastarle en el día a día sin que se entere de que he sido yo.

¿Alguna idea para este nuevo hobby que me he buscado?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si quieres voy y le pego una paliza, o mejor le emborracho un domingo y que vaya a trabajar con toda la resaca el lunes y tú le das la paliza con internet, que esto no funciona y tal...
Rodrigo