Llevo media hora empezando y borrando un post tras otro porque no consigo hablar de nada que no sea lo decepcionada que me siento con cómo se están desarrollando las cosas, y como intento evitar hablar abiertamente de este tema (sí, se me escapan cosas de vez en cuando, pero demasiado me estoy conteniendo), pues no consigo contaros nada que merezca la pena.
Dicho esto, y a modo de avance, comentar que muy probablemente ande por Berlín sobre el 22 de junio (día del orgullo gay o CSD) porque ciertos Penes han reservado un billete para mí del que aún no sé más detalles. Y como siempre que la vida me da un vuelco, la semilla de la emigración vuelve a echar raíces en mí. De momento solo es la sombra de una idea, porque tampoco tengo ningún destino claro, pero sé que en cuanto ponga un pie en Schönefeld volverá a picarme el gusanillo de llevarme por tercera vez los bártulos a Berlín. En realidad ahora lo haría solo por esos amigos a los que adoro con tanta locura y a los que tanto echo de menos, porque económicamente sería un desastre volver allí. Por otro lado, tengo contrato en este piso hasta diciembre, así que me guste más o me guste menos, seguiré un tiempo por el sur.
Y poco más. Ojalá tuviera algo más interesante que aportar, pero de momento toda mi energía está puesta en recomponer el corazón e intentar no perder la fe en el ser humano. Y como ya sabréis, hoy por hoy eso no es nada fácil. Deseadme suerte. :)
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