Éste está siendo un fin de semana de lo más completo...
Viernes:
Después del trabajo, fuimos al Maru's (chiringuito de la playa al lado del trabajo) a tomarnos unas caipiriñas para que Alba visitase a su camarero, camarero que un par de días antes le había hecho llegar su número de teléfono a través de Eli. En fin, que allí que fuimos, nos tomamos una, y cuando todos se fueron nos quedamos Albita y yo tomándonos otra mientras esperábamos a Pedro. Voy al baño, y cuando vuelvo, me encuentro 4 caipiriñas sobre la mesa. Hago las cuentas: a ver, Alba y yo somos dos, por lo que sólo debería haber dos caipiriñas sobre la mesa...A menos que yo vea doble, aquí hay algo que falla...¿Qué será? Pues nada, que el simpático camarero, que se llama Rui, nos invitaba a la tercera, pero digo yo que ya se podría haber esperado un poco...
En fin, que una hora después, y con 3 caipiriñas de martini en el cuerpo, nos fuimos a casa a prepararnos para el concierto de...¡Emir Kusturica!
El concierto fue genial...Todas las entradas agotadas desde hacía días, y el público que había...Jesús, María y José, ¡qué portugueses! yo no sé dónde se esconden el resto de la semana, pero el caso es que Eli, Alba y yo estábamos que no sabíamos a dónde mirar, madre mía, qué impresión...Alemanita en modo celo total...
Dos horas después de una música muy divertida y bailonga, nos fuimos a Porto. Comenzamos con unas cervecitas en el Piolho y de ahí al Contagiarte, que había noche de música balcánica de esa que a Eli le gusta. La verdad es que no tenía muchas esperanzas de divertirme, que entre que estaba muy cansada y que a mí esa música pues...pa un rato, vale, pero para toda la noche...
Pero cuál fue nuestra sorpresa al encontrarnos allí a Diogo, un chavalín que hace las prácticas en nuestra empresa, con el que había quedado al día siguiente, y que está tela de bueno para sus 21 años...En fin, un futuro fichaje, muahahahah! El caso es que estaba allí con una peda de campeonato, tan bailongo y tan mono que no me quedó otra que bailar y bailar...
Un par de horas después cambiamos a la Tendinha, donde también me encontré bastantes caras conocidas, entre ellas, a los amigos de Nando, situación un poco incómoda al principio pero pasota después. Los ánimos ya andaban bajos y el alcohol alto, así que a las 7 Alemanita estaba ya en su camita durmiendo la pedalera...
Sábado:
Resaca del quince. Nando en modo cabreado porque la noche anterior no le invité a venir a casa a dormir, y qué queréis que os diga, estoy un poco cansada de ser la novia del fin de semana y entre semana no saber nada de él porque, o está con su novia, que me parece muy bien, o con sus amigos, que me parece aún mejor, pero chavalito, no pretendas que mis fines de semana giren en torno a ti porque no te lo mereces. En fin, que me pregunta si podemos quedar, le digo que sí, y no vuelve a responder. Pues a cascarla, chaval...
Por la noche, cenita en el turco y un calentito té en la tetería de Gaia, con su correspondiente danza del vientre. Diogo me envía un mensaje para decirme que no va a poder venir, que está muy cansado de la noche anterior, y mi gozo en un pozo, porque me apetecía ver esa carita de niño chico que tiene, pero qué le vamos a hacer. Fuimos al Guincho a tomarnos una cerveza y, ¡sorpresa! La novia de Nando estaba allí. Chaval, ya podrías haber avisado, que estas situaciones la verdad es que me molan un cojón de pato. Gracias a Dior, mis zubiéticos estaban al otro lado del teléfono, y la pequeña Pe, después de escuchar mis indignaciones, quejidos y lamentos, me comentó que me había buscado "trabajo" para las Navidades en forma de un rubio con ojos azules, compañero de trabajo suyo, que habla alemán, inglés, francés y ruso, con cara de alemanito, mú friki, que en su tiempo libre se dedica a hacer representaciones de la II Guerra Mundial, de 26 años (por fin pasamos la barrera de los 24, joder), y que me estaba haciendo mucha publicidad. En fin, ya veremos qué pasa, que a mí estas situaciones...
También hablé con Fran, tan liiiindo como siempre, con mi bobito (David), con Curro, Carlos, Tere y no recuerdo si alguien más (sorry). Me animaron muuucho la noche, como siempre.
Volví al Guincho y la novia había desaparecido, aunque no sé en qué momento. Fui a despedirme de Nando, que me soltó un escueto "hola y adiós, no?", y qué quieres que te diga, con tu novia a tu lado no voy a venir a comerte la boca, como comprenderás. Total, que me voy a casa, nos escribimos un par de mensajes, no me contesta el último y, hora y media después, cuando se suponía que yo debería estar durmiendo, me escribe y me dice: "Supongo que ya estarás dormida. Quería haberte invitado a venir conmigo al [un bar], pero se me olvidó. De todas formas, mañana te ibas a levantar temprano..."
...
Qué bien, menos mal que tenías ganas de invitarme, que si no...
Estoy un poco cansada de tanta gilipollez a mi alrededor, la verdad, pero eso se merece otro post.
Domingo:
Pues eso es hoy. Me he levantado temprano, he limpiado la casa y ahora voy a comer y a prepararme para mi festival de folk metal de esta tarde: 5 grupos finlandeses medio vikingos, con sus melenas, sus espadas y sus cuernos, cantando cosas tipo "te voy a violar mientras bebo cerveza en un cuerno de mamuuuuut"...¡Mis hormonas van a estar desesperadas! A ver si consigo conocer a alguno de estos más de cerca, ejem...
Y nada, cuando vuelva a tener acceso a la red contaré qué tal me fue.
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