sábado, 8 de octubre de 2011

Reminiscencias

Esta mañana he salido de la ducha y he sorprendido a mi hermana escuchando esta canción. Hasta donde yo sé, ella no conoce a Lula. Le he preguntado que por qué la estaba poniendo y me ha contestado que yo la tenía marcada como favorita en una de mis listas de Grooveshark y que le ha picado la curiosidad.

Lo mejor es que hace una semana, en la Oktoberfest, volviendo al hostal el domingo con unos cuantos litros de cerveza en el cuerpo, Bea me sorprendió hasta niveles indescriptibles haciéndola sonar en su móvil y cantándola a gritos por la calle. Se me olvidaba que esta canción tiene dos historias: una con un buen amigo y otra con "las nenas" de la facultad, cuando íbamos por Pedro Antonio en el coche de Paloma cantando a gritos con las ventanillas bajadas y tirándoles piropos a todos los heavys de larga melena que encontrábamos por ahí.

Qué bonica es la adolescencia y cómo se echa de menos la sensación de creer que tienes el mundo a tus pies y que nada de lo que te rodea va a cambiar jamás...

2 comentarios:

grigori dijo...

Recuerdo que me bajé un par de discos de Lula, los escuché seguidos y acto seguido me bajó la regla. Pero ésta la llevo siempre, es muy grande.

Alemanita dijo...

Eres un cachondo, jajajaja :D