jueves, 27 de mayo de 2010

Cerrando filas

Es curioso esto... Siempre me están comiendo la cabeza con que "tenemos que hacer un esfuerzo", con que "sabemos que es difícil, pero es por un bien común" y demás propaganda, y yo, por más voluntad que le echo, no sé por qué la que siempre acaba pasando noches en blanco, trabajando a deshoras, recibiendo llamadas en dos teléfonos y sintiéndose mal si un día está exhausta y no puede ni quiere encender el ordenador soy yo. También es curioso que aquello de "juntos encontraremos soluciones" en realidad quiera decir "ahí la llevas, que al final el trabajo lo haces tú", y que, fíjate tú qué cosa tan tonta, pedir la no aceptación de trabajos que impliquen pasar noches sin dormir o o trabajar sin descanso todo un fin de semana (después, por supuesto, de trabajar toda la semana, y el fin de semana anterior, y la semana anterior, etc.), sean considerados muestras de rebeldía que hay que apaciguar con más trabajo, y que para eso sí se hable conmigo en vez de para intentar arreglar la situación.

Me considero una persona bastante buena, y a veces, de buena, tonta. Si una persona amiga me pide un favor, o dos, o los que sean, suelo responder con bastante predisposición a ayudar, y de hecho es algo que me gusta hacer. Pero claro, a cambio espero que no se abuse de mí. Qué cosa tan tonta, ¿eh? Ni favores a cambio, ni adulaciones, ni falsas promesas ni nada: sólo eso, que no se abuse de mí ni de mi confianza.

Bueno, pues como diría Peter Griffin, "¡Zas! En toda la boca".

Además, hay una cosa muy curiosa acerca de mí, y es que cuando tomo una decisión no suelo "enviar avisos", y mucho menos si es un caso como el que nos ocupa, en el que hace mucho tiempo que se está abusando de mi confianza y utilizando técnicas que considero sucias para mantenerme en la brecha. Con esto, lo que quiero decir, es que ya me he cansado. Se acabó. Lo dejo. No me fui de Guatemala para meterme en Guatepeor, como se dice por estas tierras españolas. Supongo que va a ser todavía más difícil, que habrá enfados, ruegos, insultos, frustraciones... Pero la verdad es que me da igual. He intentado ayudar de todas las formas que he podido y no he visto ni un ápice de ganas de mejorar mi situación. Ni uno. Sólo se cuenta conmigo para exigir, nunca para nada más. Y me da igual, yo paso del rollo que había en la otra empresa de "yo te chupo el culo a ti y tú a mí"; por mí como si se dejan todos las lenguas pegadas en el culo de los otros.

En fin. Espero que esto se considere como un aviso de lo que va a pasar en escasos días.

No hay comentarios: