No sé a qué se debe, pero llevo algunas semanas notando ciertos cambios que llevaba tiempo esperando. De repente me apetece ponerme vestidos, depilarme en lugar de pasarme la cuchilla, me he pintado las uñas un par de veces y hasta me puse unos tacones el fin de semana pasado. Reíros, pero esto es muy nuevo en mí. Y lo mejor de todo es que, de repente, vuelve a apetecerme el chocolate. Sí, como lo oís. Cuando entré en mi fase de "no quiero saber nada de nada que suene a sexo ni que implique algo más que una mera amistad con un individuo con pene" dejaron de apetecerme un montón de cosas, y entre ellas, el chocolate. Y ahora, de vez en cuando y poco a poco, me van apeteciendo onzas cada vez más grandes. No digo que vaya a tirarme a la calle en pos de un varón soltero ni que vaya a atracar el Mercadona, pero la situación tiene su aquel.
¿Tendrá que ver con mi inminente marcha a la capital teutona? ¿Será que mi subconsciente empieza realmente a librarse de toda la morralla que tenía acumulada? Sea lo que sea, me gusta, y aún me gustará más cuando esté rodeada de vikingos rubios de ojos azules, ¡ñami!
1 comentario:
....a eso se le llama primaveraaaaaa....
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