viernes, 29 de agosto de 2008

Producto nacional

Y lo que tenía que pasar, pasó...
Madre mía, ¡pero qué joven que es! ¡Si me recuerda a mí a los 13! Es taaan inocente...Creo que voy a traumatizarlo...

Ayer quedé con "el hombre de los bocadillos" o "Sandeman", que es como llamamos a Daniel por estos lares, que no tiene nada que ver con ellos, pero como "Sande" en portu significa "bocadillo" y él es camarero del Sandeman, que en realidad es una marca de vino de Oporto, la guasa está servida.

Pues eso, que ayer quedamos para una cerve y tal...Bueno, bueno, antes de seguir he de compartir con vosotros el momentazo de la tarde con él. Estábamos hablando, cerveza en mano, cuando de repente se saca una cosa negra y muy planita del bolsillo del pantalón y lo deja en la mesa. Durante un fugaz segundo me pareció advertir un extraño símbolo en el aparato, y pensé: "No, no puede ser". Sin embargo, mi curiosidad fue más fuerte que mi amor (¡jajaja!), y no me pude resistir a preguntarle: "Oye, eso no será...", a lo que me respondió: "Sí, es un iPhone".

...

Sin comentarios, que ya ayer me dieron caña con eso.

En fin, que es un muchacho muy joven, de edad y de mente, y de experiencia en la vida me temo que también, de los que te cogen de la mano al pasear y te besan con toda la timidez del mundo, y yo, a estas alturas pues... En fin, que le daré una oportunidad, pero como vuelva a mencionar que se viene conmigo a España o a Alemania si hace falta se va a quedar con su iPhone y en su tienda de bocadillos.

Inciso: Por la noche fui débil y fui al Guincho. Joder, cómo me atrae el lado oscuro de ese sitio...

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