Bueno. Ahora sí puedo decir que tengo miedo, muuucho miedo...
Este fin de semana todo ha comenzado a írsenos de las manos: casi me violan en el baño, hemos conocido a un erasmus de Motril en el Guincho, unos chicos casi son violados por sus chicas mientras éstas les lamían los chupitos directamente del pecho sin camisetas, el jebocho de la barba echó la higadilla en la puerta del bar después de apostar a ver quién bebía un litro de cerveza más rápido y otro chico que casi se da de ostias con un colega acabó dormido sobre su propio meado.
Pero cosas de estas aparte, lo mejor sin duda ha sido que...¡tengo el número de teléfono del DJ! Sí señor! Soy grande, muuuy grande...Bueno, en realidad no tanto, porque me sorprendí tirándole los tejos de una forma descaradísima, y la verdad es que ese no es mi estilo. En su defensa tengo que decir que me recordó que estaba con alguien, pero acto seguido me dijo que fuera paciente y que si le daba mi número podríamos "combinar" (quedar, en portu) para hacer algo cualquier día. Eso, más la hora que estuvimos charlando, hicieron de mí la mujer más feliz del mundo...
Próximamente, más episodios del finde.
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