sábado, 12 de enero de 2008

Súper dilema

Ay, estoy en un sin vivir...

Resulta que hoy ha empezado el plazo para matricularse en el CAP, y que sólo dura hasta el 15 de enero, es decir, hasta el...martes. Guay, ¿verdad?

Bueno, el tema es...que no quiero hacerlo. No quiero, de verdad que no, y los que me conocen saben que este dilema me está matando. Y diréis, ¿pero qué dilema? Si no quieres hacerlo, no lo hagas. Pero no es tan fácil. Resulta que mi padre está prácticamente obsesionado desde hace años con que lo haga, y no hay día que no me lo recuerde. Hace unos meses tuvimos una bronca monumental por el dichoso temita del CAP, porque me puse chula y le dije que me dejara en paz de una...vez, que no pensaba hacerlo y que no me comiera más la cabeza. Se calmó durante unos días y después volvió a la carga.

Mi padre tiene la férrea creencia de que, como traductora, voy a pasar más hambre que el perro de un ciego, lo cual no deja de ser posible; el problema es que la única salida que él ve para "mi profesión" es la de dar clase en institutos o colegios bilingües. Sólo hay un detalle: que lo último que quiero en mi vida, por debajo de limpiar casas, es meterme en un instituto español de secundaria (todos hemos ido a uno y vemos las noticias y sabemos cómo están de chalados los nenes de hoy en día). No quiero, de verdad que no. Y vale que aunque haga el dichoso CAP no tengo por qué ejercer nunca, pero es que las prácticas obligatorias para que te lo den son 20 horas semanales durante un mes en un insti, dando clase probablemente de inglés, porque aquí nadie imparte alemán. ¿Me imagináis? Porque yo lo intento y se me saltan las lágrimas...pero de terror.

Otro motivo que me hace dudar es que, si no lo hago ahora y dentro de X tiempo me arrepiento, tendré que estar dos años currándomelo, porque lo que hasta ahora duraba unos meses, a partir de este curso pasa a ser un máster de 2 años. Y eso sí que no lo voy a hacer.

Así pues, tengo las siguientes opciones:

a) No lo hago y gano en calidad de vida, psicológicamente hablando, aunque corro el riesgo de arrepentirme, además de tener que estar aguantando que mi padre me lo eche en cara el resto de mi vida.

b) Hago algo que no quiero hacer, que me aterra y que jamás pondré en práctica a menos que me viese sin un duro, endeudada hasta las cejas y sin un chulo que quiera mantenerme, sólo para que mi padre me deje en paz.

La verdad es que estoy hecha un verdadero lío y tengo que decidirlo este fin de semana.

1 comentario:

La Conciencia dijo...

Te entiendo perfectamente, lo último que yo quiero es dar clases tb, y eso que llevo dando clases con mi madre desde los 17 años y sé que no es lo mismo, pero que no que no que no, que si hubiera querido dar clases me metía en otra carrera, qué coño. Intenta explotar todas las posibilidades antes de entrar en esa vorágine de institutos y enseñanza. Para ser profesor, hay que estar motivado y tenerlo claro. Para dudarlo, nada... no compensan 3 meses de vacaciones ni de coña, quita tal como está el mundo. Yo te digo que explotes todas tus posibilidades antes de caer en ello. Yo tb las explotaré cuando me llegue el momento.