Bueno, tengo que decir que ayer fue un día de los más agradables que he pasado por aquí. Después de levantarme y desayunar me quedé leyendo tranquilamente en la cocina, disfrutando de mis vacaciones y esperando a que Marcel se levantara para ir a comprar un par de cosas. Pues mientras leía "Hannibal, el origen del mal" (gracias pab!) desayuné y comí. Se levantó Marcel y nos fuimos a un supermercado español que hay cerca de casa, donde pasamos cais una hora cotilleándolo todo. Al final compramos una litrona de San Miguel, otra de Sagres (cerveza portuguesa que me encanta), una botella de Vinho Verde, chorizo fresco para freír y sobrasada. No me dejó pagar nada y nos fuimos a la otra tienda española en busca de cacique y berberechos. Lo encontramos, y además de eso encontramos también dos Alhambra 1925 fresquitas que nos tomamos en la puerta de la tienda, en unas mesitas que tiene, mientras charlábamos sobre los nuevos movimientos nazis en Alemania del este y España. Súper ameno. De camino a casa pasamos por Kaiser's, donde compramos más vino, Coca-cola pa los cubatas y Brötchen para comernos el chorizo. Llegamos a casa, y mientras yo segía leyendo, él se puso a freir los choricitos y a meterlos en los panes, ¡más majo! Pues nos los comimos y yo casi me corro de lo bueno que estaba (el chorizo), y me meaba de risa con su forma de pronunciarlo. Luego estuvimos viendo fotos y demás, y cuando llegó Christian empezamos a beber. Pero eso pertenece a otro post.
Jopetas, la verdad es que los voy a echar muchísimo de menos, a los dos, Marcel y Christian. Anoche, mientras bebíamos, la cocina repleta de gente, y dos grupos perfectamente diferenciados: nosotros en una esquina, y mi "amiga" con su grupo de fans en la otra. La verdad es que estos chicos son geniales, me cuidan muchísimo y siempre están de buen humor. Ay, ¡qué majos que son!
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